FRANCIA

Imputan al chófer de una de las tres militantes kurdas asesinadas en París

Omer Guney afirmó en un primer momento que no se encontraba en el lugar de los hechos en ese lapso de tiempo, pero las grabaciones de las cámaras de seguridad indican lo contrario

PARÍS Actualizado: Guardar
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El chófer de la militante kurda Sakine Cansiz, asesinada en París junto a otras dos dirigentes del PKK el 8 de enero, fue imputado por estos crímenes e ingresará en prisión en las próximas horas, según anunció el fiscal de París, François Molins.

Omer Guney, nacido en 1982, había acompañado a esta miembro fundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) durante su estancia en la capital francesa y se encontraba en el lugar del crimen cuando ocurrió, añadió Molins, quien no detalló el móvil del asesinato.

Su imputación se produjo ante las "contradicciones" aparecidas entre su declaración y las evidencias encontradas por la policía a partir de las imágenes de vídeo grabadas por diferentes cámaras de seguridad de la zona. El sospechoso es de nacionalidad turca y militante del PKK desde hace dos años, precisó el fiscal. Molins señaló que un segundo arrestado por este caso, de quien no dio más detalles, fue puesto en libertad ante la ausencia de pruebas que mostraran su implicación en los hechos.

Las pesquisas

Cansiz fue encontrada muerta con cuatro disparos en la noche del pasado día 8, junto a la representante en Francia del Congreso Nacional del Kurdistán, Didan Dogan, y la joven activista Leyla Soylemez, que dirigía el Centro de Información Kurdo en la capital francesa.

Según las pesquisas, los asesinatos tuvieron lugar ese día entre las 12.43 y las 13.21 hora local (11.43-12.21 GMT), hora determinada en función del momento en el que se utilizó por última vez el ordenador del centro y cuando dejaron de responder a las llamadas en sus teléfonos móviles.

Guney afirmó en un primer momento que no se encontraba en el lugar de los hechos en ese lapso de tiempo, pero las grabaciones de las cámaras de seguridad indican lo contrario. Además, en su coche se encontró una mochila que contenía restos de pólvora, lo que lleva a pensar que había portado un arma en esa bolsa o que había sido manipulada por alguien que había disparado recientemente.

El fiscal agregó que el arma utilizada, del calibre 7.65, no ha sido hallada, pero que al presunto homicida, que asegura tener pocos medios económicos, se le encontraron 930 euros en su poder. El sospechoso declaró que esas grabaciones habían sido manipuladas o falsificadas, puntualizó el fiscal, quien añadió que el presunto homicida mantiene que es inocente de los crímenes que se le imputan.

Molins indicó que unas muestras genéticas encontradas en el lugar de los hechos no se corresponden con las del imputado, pero subrayó que ese hecho no impide su inculpación. En el lugar del crimen, una oficina situada en un céntrico edificio en el noreste de París que no presentaba señales de violencia externa, la policía halló cuatro vasos, lo que hace pensar que había cuatro personas en el momento del asesinato.

El fiscal aseguró que, por el momento, "no se ha podido determinar ningún móvil del crimen" y que, pese a la imputación de Guney, "todas las pistas están abiertas". Tres jueces de instrucción se ocupan del caso, apoyándose en la subdirección antiterrorista de la policía judicial (SDAT).