Fútbol

Conjura frente a Mourinho

Su última bronca con Cristiano dejó solo al técnico portugués ante un vestuario blanco unido en pos de la 'décima'

MADRID Actualizado: Guardar
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¿Autogestión de los jugadores? ¿Conjura en el vestuario? ¿Golpe de estado contra Mourinho? La exhibición del Real Madrid en Valencia y, por encima de todo, los signos de solidaridad y unión expresados por los futbolistas sobre el césped de Mestalla, demuestran un cambio sustancial en el seno del campeón desde la aireada bronca entre el técnico y Cristiano Ronaldo al término del choque de ida de cuartos de final de la Copa del Rey, disputado el pasado martes. Un conflicto que unió al grupo en defensa del delantero y dejó patente que las grietas abiertas por el entrenador con el núcleo de españoles se extendían y amenazaban con la demolición del proyecto.

Con la Liga virtualmente perdida pero a tiempo de poder conquistar la Copa y la ansiada 'décima', la plantilla del Madrid reaccionó con cinco goles lejos de casa en el primer tiempo, algo insólito desde el 1-5 ante el Sevilla de 1948. Un golpe de autoridad que cerró varios debates. Mourinho amenazó en los entrenamientos previos al último choque liguero con enviar a Cristiano y a Casillas al banquillo de los acusados, pero se vio solo y retrocedió. Una vuelta a los orígenes que permitió al Madrid recuperar la calma, la eficacia y las sensaciones del equipo de los récords.

Los jugadores hicieron autocrítica en la 'cocina' y concluyeron que la Liga no se puede despreciar porque supone el mejor entrenamiento para la 'Champions'. Asumieron que no es posible bajar el ritmo de crucero en el torneo de la regularidad y recuperarlo de pronto para las competiciones a doble partido, siempre expuestas a variables y circunstancias. Y el técnico dio un paso atrás y cambió las arriesgadas prácticas de pirómano por el oficio de bombero. Con los mejores en liza, incluido Di María, todo resultó más fácil.

«Todo lo que hacemos es por mejorar el equipo. Con Casillas nunca ha habido debate», zanjó Aitor Karanka tras la exhibición del Madrid en la Capital del Turia, donde Cristiano fue el mejor socio de todos, Di María se asemejó a ese extremo punzante del curso pasado, Casillas volvió a dejar su puerta a cero por cuarto partido consecutivo, desde el 'hat trick' de Xabi Prieto en el Bernabéu, y el 'Pipita' Higuaín, incluso con sobrepeso, recuperó el olfato goleador de meses atrás. Las facilidades del equipo de Valverde resultaron extraordinarias, pero el Madrid volvió a ser el bloque sincronizado de presión alta y contragolpe letal que el curso pasado arrolló y cortó la hegemonía del Barça.

Después de un mes y medio «bajoneado», expresión utilizada por su amigo 'Kily' González, Di María se reivindicó hasta el punto de sentirse legitimado para «callar bocas». «Yo sé a quién me refiero», matizó el 'Fideo' cuando se le preguntó si se refería a las críticas vertidas por Mourinho, quien tras el partido ante Osasuna le acusó de no hacer nada desde que renovó su contrato, o a los reproches de la prensa. Según algunas versiones, desmentidas por el club, surge como posible origen del distanciamiento una supuesta discusión del jugador con su representante, Jorge Mendes, el mismo agente que dirige a Mourinho y ejerce casi como director deportivo del club en la sombra. «Viendo al Di María de Pamplona y al de Valencia, es evidente que no era un tema físico. Ha sido un clic psicológico», espetó Karanka, por boca de 'Mou', en rueda de prensa.