España se pasea en el debut

El Mundial de España cumplió con el guión previsto en el día de su inauguración: los discursos, la presencia del Príncipe Felipe, la excelencia de la Caja Mágica, Rosca la mascota y por supuesto la victoria de España ante un voluntariosa Argelia. Son muchos los kilómetros de diferencia entre el balonmano europeo y el magrebí y sobre la cancha madrileña se pusieron en evidencia desde el primer minuto de partido. No hubo opción para los nervios del debut, para la intranquilidad del anfitrión. Los hombres de Valero Rivera se empeñaron en despegarse desde el primer momento y Argelia fue incapaz de seguir el ritmo. A golpe de penaltis, con un Víctor Tomás infalible, los ataques españoles acaban en la red argelina. Por el contrario, la defensa que montó el técnico español dejó a los magrebíes sin capacidad de creación.

Con Virán Morros presionando en la posición del central casi hasta el medio campo, los argelinos se veían impotentes para realizar su juego de primera línea, que se limitaba a los intentos de finta de Rahim o a los escasos balones que le llegaron al pivote Mokrani. En el ecuador del partido el marcador de 8-2 ya clamaba la superioridad española, que además contó con un excelente Sierra bajo los palos (8 paradas en el primer tiempo). Los cambios obligados en el equipo español ofrecieron un respiro al endeble rival, que aprovechó la pájara de los Hispanos para conseguir un parcial de 3-0 (8-5). Pero solo fue un espejismo, en cuanto el equipo español se puso de nuevo las pilas, Montoro, Ariño, Antonio García, Rocas y Canellas devolvieron el orden y las diferencias al marcador. De hecho, los argelinos ya no dispusieron de más opciones. Apenas pudieron incluso lanzar a portería. La defensa española desarmaba una tras otras las acciones ofensivas argelina, que ni siquiera en superioridad fue capaz de volver a marcar a Sierra.

Así, al descanso el 14-5 que campeaba en la Caja Mágica dejaba el encuentro visto para sentencia. Y tras el paso por el vestuario tanto España como Argelia parecieron olvidarse del marcador y mantuvieron la misma intensidad, lo que se tradujo evidentemente en un gran estirón de los ‘Hispanos’ que llegaron a colocarse con un escandaloso 23-8 al filo del ecuador de este segundo tiempo. No había color sobre la cancha. Y además el guardameta Sierra se empeñó en llevarse el trofeo al mejor jugador del partido y con sus quince paradas amargó la tarde a los argelinos. Valero Rivera debió pensar que ya era suficiente y dio entrada a Antonio García, Ruesga y Montoro en la primera línea. Las cosas no funcionaron igual y los errores fueron una constante en el equipo español, hasta el punto de anotar únicamente cuatro goles en esos últimos quince minutos. Y ahí aprovechó la ocasión Argelia para evitar quedarse en guarismos de una cifra. El 27-14, de cualquier forma, fue bastante elocuente y ahora debe esperar hasta el lunes, con Egipto como rival.