Siria: éxito diplomático de la oposición

Si se exceptúa a Rusia, China, Irán y un cierto número de estados con poco peso y nula presencia, el mundo entero cree ahora que la "Coalición Nacional de Fuerzas de la Revolución y la Oposición de Siria es legítimo representante del pueblo sirio", lo que confirma el aislamiento del régimen de Damasco, enfrentado desde hace casi dos años a una fuerte rebelión social.

A falta del correspondiente comunicado oficial que debe ser emitido esta tarde en Marrakech, ha trascendido el borrador del mismo y se puede asegurar que los delegados reunidos allí en la última reunión del grupo llamado 'Amigos de Siria' así lo confirmará.

Por si había dudas, pendientes todos del criterio final norteamericano, el presidente Obama lo anunció ayer en un contexto inhabitual: una entrevista de prensa (con la veterana Barbara Walters). Obama fue prudente en el comunicado, que tal vez no habría adelantado para dejarle todo el protagonismo a su estimada Hillary Clinton que, enferma, no ha podido viajar a la ciudad marroquí, donde la sustituye su número dos, William Burns.

Las cautelas de Washington

Muchos observadores se han interrogado en los últimos meses acerca de la precaución norteamericana, pero tal actitud tiene explicaciones claras bajo criterios de pura realpolitik y deben ser encontradas en el marco general de la lucha contra el yihadismo y del proceso de compleja democratización en curso en el mundo árabe y sus repercusiones sobre Oriente Medio como un todo.

Washington dejó a la UE el trabajo principal y París, con un Hollande muy motivado y muy guerrero, marcó el tono reconociendo al grupo como el genuino representante del pueblo sirio, un movimiento tan rápido o más que el de los grandes actores regionales: Turquía y los países del Golfo, con Qatar en vanguardia. No hay sitio aquí para especular sobre si en la conducta de París hay consideraciones más prosaicas (de carácter económico por ejemplo) para ayudar a entenderla.

Lo cierto es que la reorganización de la heterogénea oposición, la creación de la Coalición Nacional bajo la presidencia de Ahmed Moaz al-Jatib fue un paso decisivo para darle credibilidad y ayudó sustancialmente a ganar reconocimientos en cadena, pero también a que Washington diera finalmente el paso, lo que finalmente hizo ayer.

Es de subrayar que solo un día antes se había tomado otra decisión crucial en el argumentario norteamericano al respecto: poner en la lista negra de organizaciones terroristas al 'Jabhet al-Nusra' ('Frente de Protección – o Ayuda-' ), un factor muy relevante en la lucha militar contra el régimen sirio y que no entró, ni lo consideró siquiera, en la Coalición Nacional, a la que describió como un "complot norteamericano".

El argumento en Washington es que el Frente, tenido por una expresión de al-Qaeda nutrida de combatientes venidos en su mayor parte del Iraq vecino, habían causado muchos muertos de civiles inocentes en atentados suicidas. Para sorpresa de los especialistas, no hubo mención alguna de otro grupo semejante, 'Liwaa al-Tawhid' ('Brigada del Monoteísmo' – o la Unicidad - también oficiosamente catalogado como terrorista.

El inmediato porvenir

La importancia de lo sucedido es grande, pero lo es sobre todo o casi únicamente en términos políticos. No ha habido, ni estaba previsto que lo hubiera, ningún compromiso de asistencia militar… y los combatientes del interior, algunos de los cuales no parecen sentirse del todo representados por la Coalición Nacional, dicen a los periodistas en las zonas bajo su control que "prefieren misiles a comunicados"…

Pero no hay duda de que el gran reconocimiento encontrado finalmente por la oposición reunida contribuirá a terminar con ciertas precauciones al respecto, aunque no habrá oficialmente al menos durante algún tiempo, entrega masiva de equipo militar a los rebeldes,. Estos saben que, aunque han hecho evidentes progresos en los últimos meses, el régimen ha optado hace mucho por ceder terreno en el campo y fortalecerse en los núcleos urbanos, Damasco y Alepo en cabeza.

El comunicado advierte también al régimen de las consecuencias que provocaría una eventual decisión de recurrir a su arsenal de armas químicas. Es poco probable que en Damasco cometan un error tan obvio: daría al mundo entero, Pekín y Moscú incluidos, el argumento que necesitan para alejarse de Bashar al-Assad: tal alejamiento, una eventual ruptura, es lo que queda para derrotar al régimen pero hay pocas esperanzas de que se produzcan a corto plazo…