FÚTBOL

El clásico más político

Rosell calienta la visita del Madrid al proclamar que «el Camp Nou será una olla a presión por Cataluña»

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Después de la histórica manifestación de la Diada del 11 de septiembre, en la que un millón y medio de personas reclamaron la independencia por las calles de Barcelona, Cataluña vive días de exaltación patriótica. El Govern catalán, que lleva años denunciando un trato injusto por parte de la Administración central, ha puesto en marcha el debate sobre la transición nacional hacia el Estado propio, en el que el fútbol no ha quedado al margen.

La explosión independentista que se vivió el miércoles en el Camp Nou, en el partido de ‘Champions’ ante el Spartak de Moscú, cuando medio estadio coreó gritos a favor de la independencia, por primera vez en más de 100 años de historia del club catalán, hace presagiar que el clásico ante el Real Madrid, el 7 de octubre en el coliseo azulgrana, puede ser de alta tensión. Y es que, muchas veces no es fácil saber hasta dónde llega la rivalidad deportiva entre el Barcelona y el Real Madrid y dónde empieza la enemistad territorial. En Cataluña, especialmente, el Barça-Madrid se vive como un Cataluña-España: se trasladan al campo las mismas batallas y los mismos enfrentamientos que en la política. De ahí las declaraciones del presidente azulgrana, Sandro Rosell. «Estoy convencido de que el Camp Nou será una olla a presión en el clásico por el Barça y por Cataluña», proclamó.

Antecedentes de choques de alto voltaje hay unos cuantos. El más inmediato fue el recibimiento a Pepe, la temporada pasada, si bien en el recuerdo sigue el día que Figo visitó el Camp Nou por primera vez como jugador madridista y que recibió de todo, cochinillo incluido. Y eso que en aquella ocasión solo había motivos deportivos.

Prepara su reelección

A pesar de los acontecimientos previos, Sandro Rosell dejó claro el jueves que confía en el buen comportamiento de la afición. «El culé y el catalán son gente muy cívica y educada, como ya se vio en la manifestación de la Diada», dijo. Rosell quizá no se dio cuenta. O sí, pero a dos semanas vista ya ha calentado el derbi. El presidente azulgrana trató de marcar un perfil más bajo en lo político que Joan Laporta, que se dejaba llevar por su ideología soberanista, aunque Rosell últimamente está entrando al trapo -se le vio en la Diada-, en parte porque está preparando su reelección.

Tito Vilanova evitó este viernes picar el anzuelo, para tratar de enfriar unos ánimos que en las redes sociales ya estaban bastante crispados. «No he oído lo que ha dicho el presidente. Para mí lo importante es el Granada. No hay prisas. Tranquilos. Ya habrá tiempo para hablar del clásico», expresó.

La Comisión Antiviolencia también quiso dejar claro este viernes que solo actuaría en tan polémico asunto por las declaraciones de Rosell una vez disputado el partido, «en el caso de que alguien lo solicitase, si considera que las declaraciones del presidente del Barcelona han supuesto algún peligro». «Ayer -por el jueves-, no se abordó el asunto, porque Antiviolencia solo trataría el caso si se le insta a ello o existe una denuncia», insistieron fuentes del organismo que esta temporada depende, no del Ministerio del Interior, sino del Consejo Superior de Deportes (CSD). La presidencia recae por tanto esta campaña en el director general de Deportes, David Villaverde. «Confiemos en que el partido transcurra con normalidad y no haya que lamentar incidentes», apuntaron desde Antiviolencia respecto a ese futuro duelo «de alto riesgo».