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Embrujado por las 'Mujeres de Shakespeare'

"No soy una Julieta con bigote" dice Rafael Álvarez, 'El Brujo', que repasa en un monólogo las claves de los personajes femeninos del universal dramaturgo

MADRID Actualizado: Guardar
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Brujuleaba Rafael Álvarez 'El Brujo' (Lucena, 1950) por el Caribe cuando le atrapó un ensayo de Harold Bloom. El gran crítico repasa en 'La invención de lo humano' las claves y los enigmas de algunos de los personajes femeninos de un William Shakespeare que presenta "como paradigma de la sabiduría emocional e intelectual". Comprendió enseguida este inquieto y polifacético bufón que aquellas analíticas líneas encerraban una buena pieza teatral. Tras escudriñar los dramas originales del universal dramaturgo de Stratford-upon-Avon, trufó los análisis de Bloom con sus propias sensaciones y estuvo en disposición de poner en escena 'Mujeres de Shakespeare'. Es, de nuevo, un monólogo vitriólico, divertido y crítico. Lo estrenó 'El Brujo' en el festival de Almagro y con él recala ahora en Madrid para una corta temporada de seis semanas que espera se prorroguen.

"No soy una Julieta con bigote, que sería algo feo y desagradable" advierte este juglar curtido en el monólogo que sí bucea en el alma, las emociones y contradicciones de la enamorada de Romeo a través de "sus diálogos, su chispa y su genio". También en los de la Rosalinda de 'Como gustéis', de la Catalina de 'La fiera domada' o la Beatriz de 'Mucho ruido y pocas nueces".

Con la "esencia, la arquitectura y la atmósfera emocional" de estas heroínas shakespearianas ha tratado 'El Brujo' de configurar un espectáculo "diferente". Según él, "sublima" su amor por las féminas, pero ha recibido críticas de algunas blogueras que lo juzgan "irrespetuoso" con el feminismo. "Tengo 62 años años y fui hippie. Soy de la generación de mayo del 68, de Woodstock y de Bob Dylan. Los hippies no éramos feministas, porque la igualdad de género era algo elemental y normal" refiere el actor. "Puede haber algún hippie que se ría del feminismo, pero como ídolo o tópico intocable. Lo que sí puede haber es alguna ironía hacia el feminismo como institución", explicó al presentar la producción.

Paródico

La parodia está en la esencia de sus últimos trabajo, como 'La Odisea' que acaba de presentar en Mérida y en la que da "un repaso" al los sindicatos, "a CCOO y UGT desde el momento en que también son instituciones". "Las instituciones tienen un problema, y es que son instituciones" dice el actor. "El Banco de España tienen una fachada que acojona, pero si entras al edificio acojona más" precisa este príncipe de la parodia, género que le sirve para procurar unas sonrisas más necesarias que nunca en los oscuros tiempos de crisis. "Si la gente no se cree la fachada del Rey, ni la de los bancos ni la de los obispos ¿por qué habrían de creer en la del feminismo?" ironiza.

Dice 'El Brujo' que es también una ironía el lema que publicita la pieza como "un espectáculo recomendado para el fomento de la igualdad de género". "Antes había subvenciones para los espectáculos que asumían esa defensa, y por eso lo pongo ahora que ya no hay subvención" dice risueño al presentar un montaje en cartel en el Teatro Cofidis (Alcázar) hasta el 23 de septiembre.

Bloom, a quien el actor se refiere como el "pontífice de la 'bardolatría'" abunda en su análisis en su convicción de que Shakespeare, como Lope, comprendieron "la superioridad de la sabiduría, el intelecto y el corazón de la mujer frente al varón". Una superioridad que "es patente y natural, no establecida por los dramaturgos" y que se evidencia en dramas y personajes como 'La fiera domada' (Catalina), 'Mucho ruido y pocas nueces' (Beatriz), 'Romeo y Julieta' (Julieta) y muy especialmente en 'Como gustéis' (Rosalinda).

Una Rosalinda que se erige en el alma del montaje, ya que, tanto según el actor como Bloom, es "la más irónica y profunda", la que acapara «los grandes secretos» de un Shakespeare que "exploró la conciencia femenina a sabiendas de su mayor sabiduría, perspicacia y sentido de la realidad, frente al instinto elemental, básico y simplón del macho narcisista".

Corral de comedias catódico

Agradece Rafael Álvarez la fidelidad de un público que se sigue rindiendo a la magia del teatro a pesar de los zarpazos de la crisis, la amenazante subida del IVA cultural y la desleal competencia de la televisión. Tiene para sí que los canales que abusan del cotilleo y la telebasura "son como un corral de comedias catódico" contra el que cuesta competir. "Me sorprende y halaga que la gente siga yendo, y mucho, al teatro. Si no hubiera tanta gente enganchada a la televisión, irían aún más; pero parecen anestesiados por ese corral de comedias estridente y gratuito" lamenta.

Espera el actor que este tiempo convulso e incierto "traiga un auténtico cambio". "En esta era de cambio de paradigma -y a ver si ya viene de verdad de una vez el cambio- esta reflexión es interesante. Patriarcal, ambivalente, homosexual, bisexual, feminista o femenino, Shakespeare no es fácil de atrapar. Con todas ellas -de las mujeres víctimas de tragedia, sólo Julieta las representa- espero jugar, gozar y reír en las fauces del fin de una época. Saludo a la que viene: Ellas", concluye 'El Brujo'. Recala en Shakespeare tras una larga andadura en solitario que le ha enfrentado sobre las tablas al genio Cervantes, Fray Luis de León, Quevedo, San Juan de la Cruz, y al pícaro Lázaro de Tormes.