El Vaticano juzgará al mayordomo del Papa y a su cómplice

El mayordomo del Papa Benedicto XVI, el italiano Paolo Gabriele y el informático Claudio Sciarpelletti serán procesados por el robo y difusión de los documentos secretos de la Santa Sede. Así lo confirmó este lunes en una sentencia del juez instructor del Tribunal Supremo del Estado Vaticano, Piero Antonio Bonnet, que sumada al documento de petición de enjuiciamiento por parte del promotor de Justicia del Vaticano (fiscal), Nicola Picardi, suman un total de 30 páginas.

Los hechos comenzaron el pasado 25 de enero, cuando un programa de televisión italiano desvelaba la existencia de una carta del nuncio en Estados Unidos, Carlo María Viganó, al Papa en la que denunciaba «corrupción y mala gestión» en la administración vaticana. Este fue el principio una serie de filtraciones que versaban sobre duros enfrentamientos entre altos representantes de la Curia, la gestión del IOR (el banco vaticano) y hasta la preparación de un supuesto atentado contra Benedicto XVI. En un principio, se apuntó al cardenal Tarcisio Bertone como 'garganta profunda', aunque el 24 de mayo, y tras encontrar amplio material en su casa, se detiene a Gabriele, como autor de los hechos. El mayordomo del papa, de 46 años y con ciudadanía vaticana, fue detenido el pasado 23 de mayo, aunque en junio quedó bajo arresto domiciliario y desde entonces permanece junto a su familia en el Vaticano.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi explicó que Grabriele fue sometido a dos reconocimientos psiquiátricos, una por parte del tribunal y otra pedida por su abogado defensor, donde se determinó que era perfectamente consciente de lo que había hecho y se confesó como único autor de los hechos. En los exámenes también mostró «un enorme caos en su mente» que tenía su reflejo en el desorden de los documentos clasificados que se encontraron en su casa. Entre las pruebas halladas se hallaron un cheque bancario por valor de 100.000 euros a nombre del Santo Padre con fecha 26 de marzo de 2012 proveniente de la Universidad Católica San Antonio de Guadalupe; una pepita de oro dirigida al Papa de parte del director del ARU Lima (Perú), Guido del Castillo; y un ejemplar de la Eneida de 1581.

El mayordomo dijo haber actuado así para «mejorar la situación eclesial que se vive en el interior del Vaticano y nunca para dañar a la Iglesia o a su Pastor». De hecho, uno de sus abogados confirmó que Gabriele había mandado una carta a Benedicto XVI en la que manifestaba «dolor y arrepentimiento», admitiendo sus errores y pidiendo perdón. Asimismo, según su defensor, Gabrieli insiste en que «quería ayudar al Papa» y que se equivocó «de buena fe».

Por su parte, Sciarpelletti, de 48 años y técnico informático de la Secretaría de Estado fue investigado un día después de la detención del mayordomo del Papa, según el portavoz. El informático, amigo de Gabrieli, estuvo detenido una noche y a la mañana siguiente procedieron a su excarcelación al considerar los magistrados que no era necesario mantenerlo bajo custodia. En el registro de su oficina se incautaron «un pequeño sobre de tamaño mediano color blanco, cerrado», en el que se leía 'Personal P.Gabriele', con un sello azul de la 'Secretaría de Estado. Oficina de información y Documentación', en el que se hallaban documentos que aparecían citados en el libro editado por Gianluigi Nuzzi titulado 'Su Santidad. Los papeles secretos de Benedicto XVI'. A pesar de que Lombardi calificó su papel en los hechos como «marginal», el juez ha estimado encausarle «porque sus testimonios han sido contradictorios y no se expresó con coherencia». El técnico vaticano se encuentra en libertad y en suspensión cautelar, «aunque recibe su salario», explicó el portavoz de la Santa Sede.

El juicio se celebrará después del 20 de septiembre, fecha en la que se reabren los tribunales vaticanos, y contará con la instrucción de tres jueces. Según Lombardi, la pena que puede recaer sobre Lombardi va desde 1 a 6 años.