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Ordenadores cuánticos: el futuro de la informática

La física cuántica ya no es algo de ciencia ficción: muy pronto nuestra vida cotidiana se llenará de máquinas que utilizarán sus leyes para ser más rápidas y potentes

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Con todo el jaleo de los últimos días alrededor del acelerador de partículas del CERN y del cacareado bosón de Higgs, ahora mismo cualquier frase que contenga la palabra "cuántico" hace que a todos se nos pongan las orejas tiesas, sea de curiosidad o de ganas de salir corriendo. El caso es que eso de "física cuántica" cada vez va siendo menos algo que oímos en la ciencia ficción y más un elemento de nuestra vida cotidiana. Este proceso no ha hecho más que empezar: y es que es muy posible que en no muchos años podamos tener ordenadores cuánticos en nuestras casas y puestos de trabajo...

¿Qué es eso de "ordenadores cuánticos"? Vamos a intentar echar un rápido vistazo sobre esta tecnología, que aún está en fase de investigación y prototipos pero que está madurando a pasos agigantados. Vamos a explicarlo de forma que cualquiera pueda entenderlo, por lo que tendremos que recurrir a metáforas (y caer en alguna que otra imprecisión e inexactitud) que puede que hagan fruncir el ceño a algunos lectores más versados en estos temas de ciencia y tecnología. ¡Esperamos que sepan perdonarnos!

Para comprender la diferencia más importante entre un ordenador cuántico y uno "normal", tenemos que saber cuál es la base del funcionamiento de un computador tradicional: el bit. Los ordenadores que conocemos "piensan" (es decir: transmiten la información y realizan sus cálculos) en código binario: un 0 o un 1, un sí o un no. Y como lo que utilizan para transmitir información es electricidad, un 1 es "encendido" y un 0 es "apagado". Eso es un bit: la unidad mínima de información que maneja un ordenador. Combinando millones y millones de algo tan sencillo como un bit, nuestros ordenadores son capaces de realizar complejísimas operaciones: desde resolver problemas matemáticos muy complejos a reproducir una película, pasando por poner en jaque (literalmente) al mismo Gary Kasparov o batirse el cobre contra un usuario en algún juego.