atletismo

Un broche de oro

Ruth Beitia se proclama campeona de Europa de salto de altura y logra su primera medalla al aire libre a unas semanas de su retirada.

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El atletismo le debía una, una medalla al aire libre, el premio que se le resistía a pesar de haberse labrado un camino repleto de éxito. Ruth Beitia había cumplido los 33 años y atisbaba ya el final, fijado en Londres. Y ahí seguía, sin la dichosa medalla. Aunque había ganado seis en pista cubierta: dos (plata y bronce) en un Mundial y cuatro (tres platas y un bronce) en un Europeo. Pero llegó Helsinki, el Europeo al aire libre que muchos depreciaron. Y allí, ahora llueve, ahora luce el sol, atrapó su oportunidad y se coronó campeona.

Ruth Beitia se encontró una final sin rivales de postín. Del mismo modo que durante años topó con una generación plagada de estrellas: Blanka Vlasic, Tia Hellebaut, Kajsa Bergqvist... Pero aún así no fue sencillo. La noruega Tonje Angelsen, cuando la final ya había derivado en un mano a mano, saltó 1,97, su mejor marca de siempre, en el tercer intento. Le quedaba uno a la santanderina. Y no falló. Superó esa altura y obligó a la nórdica, con más nulos, a mejorar dos centímetros más su tope. Llegaron al tercer intento. Si Angelsen fallaba, Beitia sería campeona. La noruega saltaba y la española, como le ha enseñado la psicóloga Toñi Martos, dormitaba, ojos cerrados, cuerpo tumbado de lado sobre el sintético. El público le anunció que era la campeona en cuanto Angelsen derribó el listón sobre 1,99.

Mientras Ruth Beitia corría, feliz, por la pista del estadio olímpico, Ramón Torralbo, en Santander, daba otro tipo de saltos, de alegría por tantos años de dedicación. Porque su entrenador empezó a pulir a su alumna con 10 años, cuando Ruth, la pequeña de cinco hermanos, se acercaba por la colchoneta para ver a su hermano José (fue campeón de España juvenil en salto de altura). Entonces era corredora de cross, pero el flechazo con el listón fue instantáneo.

Crecieron juntos, 23 años uno al lado del otro. Primero la llevó a las finales júnior, luego se proclamó campeona de Europa sub-23 y a partir de ahí, las grandes medallas bajo techo y sus 17 récords de España, desde el 1,89 de 1998 a los imponentes 2,02 de 2007. Pero le faltaba algo. «Algún día nos tenía que tocar la suerte», exclama Torralbo. «Ella estaba convencida de hacerlo bien en Helsinki, pero el oro en su último Europeo... Ha llegado muy bien y creo que si hubiera necesitado el 1,99 lo hubiera saltado». Pero queda una competición más, los Juegos Olímpicos. «Buf, eso ya sería impresionante. Queda un mes y tiene que trabajar duro porque allí tendrá que subir hasta los dos metros y necesita mejorar los parámetros de fuerza». No le falta razón, en Helsinki se logró el oro más accesible (1,97) desde Budapest 1998, cuando Monica Dinescu venció con la misma altura.

Marta, duda para Londres

La sesión matinal pasó la guillotina por la selección española. Sólo salieron airosas Diana Martín y Zulema Fuentes-Pila, quienes se clasificaron para la final de los 3.000 m obstáculos. La madrileña fue tercera (9:40.02) en la primera semifinal, en la que Marta Domínguez se retiró con unas molestias en el bíceps femoral. La palentina, ausente en una gran competición desde que se colgó la plata en el Europeo de Barcelona hace dos veranos, abandonó la pista contrariada, sin querer atender a la prensa, y se fue directa a un control antidopaje. Hasta dentro de dos semanas no se podrá saber si podrá competir en los Juegos de Londres.

La segunda jornada de los Campeonatos de Europa dejaron dos excelentes marcas para los españoles. Lorena Bokesa corrió los 400 en 52.47, que la coloca como la sexta mejor española de todos los tiempos, mejora su registro en 22 centésimas y se queda a sólo 12 de la mínima olímpica. Una mínima que sí se embolsó Judith Pla tras concluir décima, con un tiempo de 15:27.62, en la final de 5.000.

En la segunda final con españolas, Concha Montaner volvió a quedarse muy lejos de sus mejores registros. La valenciana hizo un tercer salto de 6,26 que la colocó novena pero fuera de la mejora. La subcampeona de Europa 'indoor' disputó su primera final desde que fue madre.

Las semifinales de 800 desarmaron muchas opciones españolas. Kevin López (tercero) y Luis Alberto Marco (quinto) no se clasificaron. Sí lo hizo, con autoridad, ganando su carrera, Antonio Reina. El sevillano empieza a recoger los frutos de su inconformismo, de su decisión de buscar un revulsivo en Madrid, poniéndose en manos de Berni Domínguez. Las buenas noticias comenzaron a llegar allá a principios de mayo, cuando corrió en 1:44.65 en Doha. Y en Helsinki, con 31 años recién cumplidos, unos días después de hacer un 600 en 1.14 («Eso te da un subidón, te da alas», asegura), se adentra en su primera final continental (este viernes a las 18.40 horas).