FÚTBOL | SEGUNDA DIVISIÓN

Alcorcón y Valladolid se jugarán el ascenso a Primera

Los madrileños mantienen vivo su sueño tras empatar ante el Hércules a cero | Los pucelanos aplastan al Córdoba y disipan de un plumazo las dudas de la ida

MADRID/VALLADOLID Actualizado: Guardar
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El Alcorcón sigue vivo en su 'sueño' por el ascenso y luchará por una plaza en Primera con el Valladolid, después de eliminar en la primera ronda de la promoción al Hércules, que fue incapaz de marcar un tanto en Santo Domingo (0-0) para revertir el empate a uno de la ida en su estadio. Desde el primer minuto, el encuentro se caracterizó por un ritmo frenético de juego y por el dominio absoluto del conjunto local, que espoleado por su afición llevó el peso ofensivo durante el primer tercio del partido. Suyas fueron las dos primeras ocasiones de peligro con sendos disparos lejanos de Paco Montañés y Nagore que se marcharon desviados.

Al Hércules le costó bastantes minutos entrar en el partido y sentirse cómodo. Su primer acercamiento con cierto peligro llegó a los 14 minutos, cuando Adrián Sardinero remató de cabeza por encima del travesaño un centro desde la izquierda de Gilvan.Esa acción levantó los ánimos del equipo visitante, que poco a poco fue aumentando sus aproximaciones a la meta rival gracias a la movilidad de David Aganzo y los desbordes de Sardinero que pusieron en ciertos apuros a la zaga alfarera.

El técnico del Hércules, Juan Carlos Mandiá, que vio el encuentro desde la grada por sanción, consciente de que pasaban los minutos y su equipo no se acercaba con peligro a la meta de Manu Herrera, decidió dar entrada a Carlos Calvo y Tote, dos jugadores que debían convertirse en las referencias ofensivas del equipo junto a Aganzo. El cambio no dio el resultado esperado para el conjunto alicantino, puesto que en el último tramo quién llevó el peso ofensivo fue el Alcorcón, que pudo marcar a los 81 minutos con un disparo lejano de Montañés que atrapó junto al palo derecho Juan Carlos.

En los compases finales, el nerviosismo se apoderó de los dos equipos y el árbitro tuvo que parar el encuentro tras una pelea que se saldó con varias amarillas y la expulsión de Aganzo. El Hércules lo intentó hasta el final, pero su poca fortuna de cara a gol impidió que el marcador se abriera, dando paso a la fiesta del Alcorcón, que festejó el pitido final del árbitro con una enorme celebración en el centro del campo.

Apisonadora pucelana

Por su parte, el Real Valladolid goleó al Córdoba (3-0) con tantos de Óscar, Javi Guerra y Jofre en una segunda parte en la que fue muy superior. El Valladolid afrontaba el partido con el objetivo de mandar desde el principio, sin especular con el 0-0 de la ida, ya que en caso de empate el tercer puesto en el que terminó la liga regular le permitía pasar a la final.

Así las cosas, el Córdoba necesitaba al menos marcar un gol para tener opciones y precisamente en eso, en el gol, no se ha prodigado mucho esta temporada, ya que lejos de El Arcángel solamente ha marcado 17 tantos. Paco Jémez quería salir intenso, a marcar pronto y a quitarle el balón a un Valladolid que hoy presentaba la novedad de Dani Hernández bajo los palos. Y así fue, la salida fue lo mejor del Córdoba, que tuvo la posesión inicialmente aunque la primera opción clara fue del Real Valladolid, cuando Víctor Pérez disparó muy cerca de la escuadra derecha de la portería de Alberto (min. 5). Un claro penalti no pitado sobre Óscar González (min. 35) fue como una sacudida eléctrica para el Real Valladolid que igualó la contienda a partir de ese momento, al tiempo que el Córdoba bajaba su ritmo de juego de forma notable.

La segunda mitad comenzó con un remate de Marc Valiente al larguero. El Real Valladolid inició esta fase con más presencia en campo contrario y fruto de ese dominio llegó el gol de Óscar González, quien tiró de talento para adelantar al equipo vallisoletano (min. 50). Los de Miroslav Djukic se ponían con ventaja pero un gol del Córdoba les eliminaba, así que la cautela se adueñó del equipo local que, además, tras perforar la portería de Alberto perdió por lesión a su goleador, Óscar. En ausencia de uno de sus artilleros más eficaces, el Valladolid vio como emergía su mejor "cañonero", Javi Guerra, para marcar el segundo tanto y encarrilar la eliminatoria ante un Córdoba que, a partir de entonces, echó el resto y cambió a un desafortunado Gaspar por el delantero Patiño.