Olvidar para curar

Todos hemos escuchado alguna vez la típica frase de “si te duele algo deja de pensarlo y se te pasará”. Algunas veces da la sensación de que las madres dicen eso para que los niños dejen de quejarse, pero no lo dicen por decir, según los expertos tienen toda la razón y además una explicación científica les avala.

Distraerse mentalmente ayuda a sobrellevar el dolor y el sufrimiento, tanto psicológico como físico. Un estudio publicado en la revista ‘Current Biology’, lo constata. Tras someter a varios participantes en el ‘experimento’ a varias pruebas relacionadas con el dolor, a través de una resonancia magnética funcional, los expertos pudieron comprobar que al evadirse mentalmente inhibían la respuesta al sufrimiento físico.

Según las conclusiones, el cerebro produce de manera natural los llamados opioides endógenos, que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del dolor. Así que, según se desprende del estudio, no se trata simplemente de algo psicológico sino fundamentalmente de un fenómeno neuronal.

Concentrarse para no sufrir

El grupo de investigación que condujo el proceso, en la Universidad de Hamburgo-Eppendorf, en Alemania, pidió a los participantes que llevaran a cabo unos ejercicios de memoria de diferentes niveles mientras eran sometidos a un dolor físico moderado. Así se demostró que cuanto más concentrados estaban con las actividades, menos dolor sufrían y cuando perdían la concentración y se focalizaban en lo que les estaban haciendo, experimentaban un mayor sufrimiento físico.

La principal conclusión de este hallazgo es el poder que tiene la mente a la hora de experimentar dolor o no experimentarlo, lo que refuerza la tesis ya conocida de que los enfoques terapéuticos de la conducta son claves a la hora de tratar una enfermedad dolorosa.