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El Madrid, contundente y a 100 hacia el título

Cristiano volvió a liderar la demoledora pegada del líder, que jugó con los mejores y dio un repaso a Osasuna

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Con el equipo más ofensivo de la temporada, el Real Madrid apagó la hostilidad del Reyno de Navarra y, con una demoledora pegada, dio el golpe en un partido clave y firmó otra contundente goleada camino del título de Liga. Obligado por los tropiezos frente al Málaga y el Villarreal y olvidados ya los nervios, el líder saltó al campo autoritario, decidido a ganar a Osasuna en uno de los escenarios más temidos, e hizo fácil lo que se presumía difícil. En su salida a priori más complicada antes de jugar en el Calderón, el Camp Nou y San Mamés, el Madrid quiso demostrar su potencial en una jornada trascendental, dio un auténtico repaso a Osasuna y terminó humillando a un rival incapaz de oponer resistencia.

No le hizo falta al Madrid deslumbrar ante un Osasuna que prometió un partido de máxima exigencia al rival pero decepcionó, con un planteamiento defensivo que los blancos arruinaron muy pronto con su tremenda eficacia goleadora. Y con Cristiano de nuevo como gran protagonista, porque el portugués marcó dos goles y dio otros dos. Ya lleva 37 el crack portugués, y el Madrid 100, para quedarse a solo siete goles del histórico récord de Toshack y de la 'Quinta del Buitre'. En un partido con poca historia el Madrid recuperó la solidez mental, la ambición, y la pegada que le había abandonado, salvo en Nicosia, en sus últimos partidos fuera de casa.

El Madrid vuelve a ser poderoso, y con los mejores, con los que juegan al fútbol. Mourinho, sin el acompañante habitual de contención de Xabi Alonso (ni Khedira ni Lass), recurrió a Granero, y apostó arriba por los buenos: Benzema por la derecha, Özil en la mediapunta, Cristiano por la izquierda e Higuaín en punta. Con otra sorpresa, el ignorado Albiol como sustituto del sancionado Pepe, el resultado fue un encuentro muy plácido en defensa para el Madrid y una 'manita' que se abrió con dos tantos espectaculares. Sin especular, muy serio y concentrado en todo momento, el Madrid se olvidó de polémicas, de factores externos, y volvió a triunfar con fútbol de ataque y acciones brillantes en la definición.

Dos golazos de Benzema y Cristiano Ronaldo, el del francés de asombrosa volea cruzada con la derecha, y el del portugués con un misil desde casi 40 metros, fulminaron a Osasuna en poco más de media hora. Fue el tempranero tanto de Benzema el que logró aplacar los ánimos de Osasuna y de la afición rojilla, que pudo comprobar que, cuando el ataque del Madrid funciona y los blancos son solidarios en el medio campo, es prácticamente imposible soñar con arañar algún punto al gran favorito. En esta ocasión, al contrario que la pasada temporada en el Reyno, el más hambriento y fuerte fue el Madrid, muy cómodo frente a la escasa presión y la ausencia de agresividad de los rojillos. En esta ocasión no fue necesaria ninguna artimaña local, porque el Madrid se hizo respetar, a base de goles espectaculares, posesión, y despliegue físico, para no permitir apenas ocasiones a Osasuna .

Otra muesca para Cristiano

Con la lección aprendida de la Liga pasada, cuando el Madrid dio en Pamplona un paso atrás decisivo, esta vez el Madrid triunfó de manera muy convincente para acercarse a la corona. Incluso Cristiano, que nunca había marcado en el Reyno, lo hizo por partida doble. Incluso de falta, aunque con la ayuda de la barrera que se abrió, para acabar de forma definitiva con las esperanzas que pudiera tener algún iluso tras el gol de Nino, en la única concesión defensiva de los blancos en los 90 minutos.

Pudieron ser más goles, pero la eficacia madridista volvió a ser casi plena en el primer tiempo, porque el líder tuvo cuatro ocasiones claras y marcó tres goles. Y muy diferentes, por parte de tres delanteros. De volea, de potentísimo disparo lejano, y de vaselina. Cristiano mejoró el de Benzema, y cuando dejó con la boca abierta al Reyno lo primero que hizo fue levantarse el pantalón para mostrar su muslo derecho. De ahí acababa de salir un pepinazo que hundió a un Osasuna que se quedó sin entrenador, expulsado cinco minutos después del 0-1, pero que ya antes de que Mendilibar tuviese que abandonar el banquillo no auguraba nada bueno, porque no salió a morder ni a presionar sin descanso al líder. Al contrario que el Madrid, que desde que arrancó el duelo mostró sus credenciales de previsible campeón.