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Schmidt: «Internet encontrará su camino»

El directivo de Google asegura que las leyes deben preocuparse más de regular "lo que viene" a la tecnología existente

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Que Apple no esté en Barcelona poco importa para que su alargada sombra se proyecte sobre el Salón Mundial de la Telefonía Móvil. En lo que parece una estrategia completamente cronometrada, la compañía de Cupertino lanzaba sus invitaciones para un evento el próximo 7 de marzo en Nueva York -en el que previsiblemente presentará la próxima versión del iPad- justo en el momento que Eric Schmidt, el presidente de Google, enfilaba el escenario en uno de los auditorios del recinto catalán. Con ello se aseguraba que, si su gran rival hacía un anuncio sorpresa, su efecto quedaría amortiguado. Pero nada de eso ocurrió. Schmidt utilizó su tiempo en pronunciar un discurso muy social en el que quiso advertir de los peligros de la regulación en Internet, en un mensaje que tuvo referencias claras a los proyectos de ley SOPA y la ley PIPA que Estados Unidos intentó sacar adelante.

"Internet encontrará su camino", ha afirmado no con poca rotundidad asegurando que los intentos regulatorios "serán un fracaso". Sobre todas estas iniciativas sugirió que las leyes se deben preocupar "más de lo que viene" que de la tecnología actual. "Dejar que todo corra como el agua", ha afirmado en un tono un tanto bucólico. Y lo ha hecho el mismo día que la Unión Europea y países como Corea del Sur han pedido que ponga en suspenso su nueva política de privacidad que entra mañana en vigor y con la que unificará las condiciones de 60 de sus servicios. Tampoco se ha olvidado de las grandes empresas de operadoras de telecomunicación: "Que estas empresas tuviesen el control de la Red no sería más que un desastre”, agregó inmediatamente para defender el actual gobierno de “un espacio donde una persona puede ser una empresa".

Avisa de que el vertiginoso ritmo que ha alcanzado el sector no hará otra cosa "que aumentar la brecha digital" entre personas debido a novedades como la cuarta generación de Internet. Schmidt ha defendido la necesidad de facilitar el acceso a esos millones de personas llevando el acceso a la Red a más de cinco mil millones de personas que "aún no están conectadas", especialmente en los países de África. "Si ahora es alucinante, imaginaros cuando todos estemos conectados", argumentó. Augurado "un futuro brillante" a la 'World Wide Web' de la que ha dicho tener múltiples ventajas para la democracia, y ha recordado el papel de Internet en algunos capítulos de la 'Primavera Árabe'. Ante esta defensa tan enconada de la necesidad de facilitar el acceso hasta en el último rincón del planeta, una asistente ha interpelado a Schmidt preguntando porque la compañía ha capado las descargas de Chrome en Irán, a lo que el estadounidense ha contestado que ellos obedecen las sanciones impuestas por la Administración de Barack Obama, eludiendo así una pregunta que podía haber sido un tanto incómoda.

Pocas novedades

Muchos esperaban que diese alguna información o pincelada sobre los planes de futuro de Google con Android por la relevancia de Eric Schmidt dentro de la compañía. La suya es una variable fundamental para entender cómo Google ha llegado a ser una gigante empresarial que extiende sus redes y tiene tentáculos en todas las industrias. Su llegada a Mountain View en 2002 fue producto del nerviosismo de los inversores de capitales de riesgo porque los miles de millones de dólares que pusieron en manos de los fundadores de la empresa Larry Page y Sergey Brin acabasen malgastados por dos ingenieros con un punto 'friki' que llenaban sus oficinas de golosinas, patinetes y futbolines. Como consejero delegado, cargo que ostentó hasta abril del pasado año -cuando fue relevado por Page-, tuvo que enfrentarse a la salida a Bolsa de la compañía y al lanzamiento de Android, sobre el que ha afirmado que espera “que esté en cada bolsillo del mundo” en 2024. Es difícil predecir como sería la matriz de Google si Schmidt no hubiese tomado el timón -es probable que todo hubiese sido igual-, pero lo que es innegable que su presencia ha coincido con una década en la que el simpático buscador de coloreadas letras se ha convertido en una poderosa empresa a la que no pocos miran con recelo.

Quizás por aprovechar un foro como el Salón Mundial de la Telefonía móvil para pulir las aristas de esa imagen tan agresiva que puede proyectar la compañía, el discurso del directivo de Google fue orientado en clave ético y social. Nada de dinamita en forma de nuevos avances sobre la tableta que la compañía pretende lanzar al mercado el próximo verano ni de unas supuestas gafas de realidad aumentada con conexión a Internet en las que trabajan los creativos ingenieros de la compañía norteamericana. Solo una previa de su navegador Chrome para dispositivos móviles, algo que tuvo la misma fuerza que la pólvora mojada. Solo se ha atrevido a augurar "que el próximo año habrá smartphones al precio de teléfonos básicos". Entre sus predicciones de futuro: hologramas, avances médicos gracias a la industria del móvil o coches con 'piloto automático'. "Están mucho más cerca de lo que se piensa", ha sentenciado a este respecto.