COMISIÓN DE EXTERIORES

Margallo señala Gibraltar como prioridad de la política exterior

El ministro pide a Reino Unido reanudar “cuanto antes” las conversaciones sobre la soberanía del Peñón

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La soberanía de Gibraltar vuelve a ocupar un lugar destacado en la agenda internacional de España. Al menos eso se desprende de la primera comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel-García Margallo, en la Comisión del Congreso. El ministro ha instado al Reino Unido a reanudar “cuanto antes” el diálogo bilateral sobre el futuro del Peñón. Margallo ha asegurado que piensa recuperar el denominado Proceso de Bruselas por el que España y el Reino Unido se comprometieron a tratar el tema de la colonia. Esta declaración de intenciones pone de relevancia la intención del Gobierno popular de hacer bandera con la españolidad de Gibraltar, cuestión más relegada en las legislaturas socialistas.

Margallo también ha dejado claro que el formato de las negociaciones mantenido hasta ahora en el Foro de Diálogo debe cambiar y pasar de los tres participantes actuales -España, Reino Unido y Gibraltar- a cuatro, con la suma de las autoridades de la comarca gaditana del Campo de Gibraltar. “Dos banderas y cuatro voces”, ha resumido el ministro la estrategia. Eso sí, Margallo ha querido dejar claro que la cuesitón de la soberanía queda reservada “específicamente” a Madrid y Londres.

Las negociaciones se prevén más que complejas y con pocas posibilidades de avanzar a tenor de las declaraciones del primer ministro británico, David Cameron, en su encuentro con Mariano Rajoy el lunes, en el que supeditó cualquier decisión a la “voluntad “de los gibraltareños.

Diálogo con todos en Cuba

Cuba también ha ocupado un punto destacado del discurso de Margallo. El ministro ha explicado que pretende mantener “un diálogo fluido” con las autoridades de la isla, pero también con la oposición. La posición de España siempre ha marcado la relación del resto de países de la UE con La Habana. Consciente de ello, el jefe de la diplomacia ha dejado claro que el Gobierno no es partidario de variar la Posición Común de la UE respecto a la dictadura castrista. Sin embargo, y pese a expresar los avances “insuficientes” en materia democrática y de Derechos Humanos del régimen cubano, ha dejado la puerta abierta a una “flexibilización” de la interpretación de dicha relación en función de futuros acontecimientos.

Más allá de estos dos puntos calientes, Margallo ha defendido que España debe realizar una política exterior “estable, previsible y de consenso” que convierta al país en un socio “fiable”. En este sentido ha explicado que espera no repetir “errores del pasado” como la retirada unilateral de las tropas de Irak, la primera decisión del expresidente Zapatero nada más llegar al poder en 2004.

Otra de las prioridades es la política de seguridad y el papel de las Fuerzas Armadas desplegadas en el extranjero como fórmula para extender la “marca España” y demostrar el compromiso del país con la democracia. También se ha comprometido a que toda la representación diplomática española en terceros países “apoye” y “facilite” la labor de las empresas españolas en el extranjero. Margallo ha recordado que el 60% del volúmen de negocio de las entidades que cotizan en el Ibex provienen de fuera de España. La crisis económica también ha estado presente en la comparecencia. De hecho, la línea de austeridad marcada por el Gobierno obligará a cerrar algunas legaciones. "Debemos concentrar nuestros recursos allí donde mejor sirven a nuestros intereses", ha argumentado.

La portavoz socialista en la comisión, Elena Valenciano, ha expresado el deseo de colaboración de su grupo, aunque le ha reprochado el nombramiento “político” de Federico Trillo como embajador en Londres. En relación a Gibraltar, ha mostrado el respaldo del PSOE a la españolidad del Peñón, pero ha mostrado sus dudas con la táctica propuesta por temor a que lleve “a un callejón sin salida”. Además, ha pedido al ministro que aproveche el marco de la Unión del Mediterráneo para apoyar los avances democráticos de la ‘primavera árabe’ y que defienda la solución de dos Estados para resolver el conflicto palestino-israelí.