Soraya Sáenz de Santamaria, mano derecha de Rajoy. / MIKEL CASAL
El Gobierno de Mariano Rajoy

Soraya Sáenz de Santamaría, la niña del ‘postaznarismo’

Su éxito es el resultado de una carrera política que nació, maduró y prosperó bajo la sombra de Rajoy

MADRID Actualizado: Guardar
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El éxito que acompaña a Soraya Sáenz de Santamaría es el resultado de una carrera política que nació, maduró y prosperó bajo la sombra de Rajoy. Vallisoletana de familia de clase media, destacada estudiante y brillante opositora, esta alta funcionaria apenas ejerció como abogada del Estado en León cuando acudió a una entrevista de trabajo en La Moncloa. Fue contratada como asesora en la vicepresidencia donde solo destacó por su capacidad de trabajo y tenacidad. Cuando conoció su forma de actuar, voluntariosa y leal, Rajoy la integró en su equipo de confianza y, en cuanto pudo, la incluyó en las listas electorales del PP por Valladolid sin que jamás hubiera pasado por una asamblea o comité provincial.

Se fue a la sede central del partido con “el jefe” –como siempre le ha llamado- cuando tocó ejercer la oposición y fue su As en la manga cuando tuvo que resucitar de la catastrófica derrota electoral de 2008. “Ahora voy a hacer mi equipo”, advirtió a la Junta Directiva Nacional un Rajoy fortalecido por el exitoso congreso de Valencia. Y la nombró a ella portavoz del grupo parlamentario. Nada menos. Los más antiguos del lugar se echaron las manos a la cabeza, convencidos de que los críticos del ‘aznarismo’ más radical la destrozarían. “No quedarán ni las raspas”, dijeron. Y todo pareció indicar que así sería cuando empezaron las maledicencias, zancadillas y menosprecios. Contra todo pronóstico, “la Niña”, como la llamaban sus detractores con desdén, superó la prueba con brillantez. Otra vez, un ‘cum laude’ en las oposiciones más difíciles.

Con el apoyo del íntimo amigo de Rajoy, el fallecido Paco Villar –a quien llamaban con inquina “el padre de la novia”– la portavoz y su atajo de ‘pipiolos’ se pusieron al mundo por montera a base de callar y laborar. Aprendió a manejar con pericia las relaciones con los medios de comunicación, a controlar con mano izquierda a los resentidos del grupo parlamentario y a abordar con eficacia las sesiones de control al Gobierno. Su estatura política medró a pasos agigantados a medida que su trayectoria vital discurría por parámetros poco tradicionales en la derecha. Se casó en Brasil por lo civil con otro funcionario del Estado, se quedó embarazada de su hijo Iván poco antes de que Zapatero convocara las elecciones del 20N y dio a luz en vísperas, el 11 del 11 del año 11. Siempre tuvo hilo directo con ‘el Jefe’, nunca ha mantenido posiciones dogmáticas y apenas se conoce su ideología política e incluso hay quien no sabe que se ha afiliado al PP.

Es la única que se daba por segura en la quiniela gubernamental y ha preparado el relevo en el Parlamento y el Gobierno mano a mano con Mariano Rajoy. Se ha convertido en pocos años en la encarnación de 'La Niña' del cuento electoral con el que tuvo tan poco éxito el político del PP cuando la utilizó en la campaña de 2004. Entonces, la metáfora pareció ridícula pero siete años después y, gracias al éxito abrumador del PP el 20N, aquel pronóstico se cumplió. Ella es ahora la líder de la generación del ‘postaznarismo’ y el reflejo de una forma de hacer que marcó Mariano Rajoy a base de experiencia, perseverancia, centrismo y profesionalidad.