La UE celebrará el 30 de enero la cumbre del empleo

Los Veintisiete volverán a reunirse el lunes 30 de enero, pero en esta ocasión la cumbre estará volcada en el empleo. El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, convocó oficialmente el encuentro, el primero al que asistirá Mariano Rajoy. "Hay una salida social a la crisis", subrayó el exmandatario belga. Pese a su apuesta por combatir el paro, admitió que la reunión supondrá un "gran desafío" porque las últimas previsiones indican que se espera "un crecimiento nulo e incluso recesión en la mayoría de nuestras economías". Los líderes comunitarios también tendrán la oportuidad de analizar el primer borrador del nuevo tratado para impulsar la disciplina fiscal.

Van Rompuy anunció la convocatoria de la cumbre a través de un vídeo colgado en su web. En su alocución, el exprimer ministro belga llamó a los socios a "tomar medidas contundentes en materia de empleo". A renglón seguido, sin embargo, insistió en que la estabilidad financiera "sigue siendo absolutamente fundamental para superar la crisis de la deuda soberana".

En cuanto a las dudas generadas por la negativa de Reino Unido a sumarse al nuevo pacto fiscal, el líder comunitario aseguró que "existe una voluntad política de avanzar respetando la situación de cada cual". "El legado de nuestros padres fundadores, un continente de paz y prosperidad, es demasiado impresionante", añadió.

Los Veintisiete, con Londres como "observador", analizarán en la cumbre el borrador del nuevo tratado concebido para blindar el equilibrio en las cuentas públicas. Rajoy, además, se sentará por primera vez a la mesa con todos los socios en Bruselas. Este martes, el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, le recordó que la UE solo permitirá respaldar con fondos públicos a entidades financieras que cuenten con un sólido plan de futuro. El exlíder socialista realizó la puntualización tras escuchar en el discurso de investidura del nuevo presidente "ideas" que sugieren una segunda ronda de recapitalizaciones más que la creación de un 'banco malo' para aislar activos inmobiliarios tóxicos.