Fútbol | Primera división

El Madrid arrasa a medio gas

Los blancos tardaron en desperezarse, pero su pegada destrozó a Osasuna y pudo debutar Sahin, aunque se rompió Di María

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Real Madrid tardó en desperezarse y jugó a medio gas, pero mantuvo su ambición ofensiva y solo estuvo dormido en el gol de Osasuna, que se llevó un 'siete' del que es ahora el equipo más confiado y en forma del fútbol europeo. Un líder autoritario que dosifica esfuerzos y no desperdició la ocasión de machacar a rival tan mermado, que jugó con uno menos casi toda la segunda parte y nada pudo hacer ante la efectividad blanca en ataque. Gracias a su descomunal pegada, el Madrid celebró el primer partido de su historia en el Bernabéu a mediodía con otra goleada de escándalo, dos meses después de que el Barça le endosase un 8-0 a Osasuna. Ni el horario matinal impidió que Cristiano Ronaldo marcase otro 'hat-trick', aunque pudieron ser cuatro, porque lanzó al larguero en la recta final.

El insaciable crack portugués, quién si no, fue el primero que se encargó de romper el orden del equipo rojillo que solo duró 20 minutos y festejó su Bota de Oro con su cuarto triplete de la temporada, forjado con dos goles de cabeza. Osasuna hizo aguas por alto y el Madrid, al tran-tran, destrozó a una defensa visitante de circunstancias incapaz de frenar los impulsos ofensivos de los de Mourinho. Las ráfagas de ataque blanco acabaron con la disciplina defensiva de un Osasuna que arrojó la toalla nada más producirse la expulsión del debutante Satrústegui. Mientras el Real Madrid se divertía en el campo y en las gradas, debutó, como se esperaba, Sahin, después de más de medio año de baja, y el equipo quiso jugar también para el centrocampista turco, que incluso tuvo su ocasión de gol. La única mala noticia fue la lesión de Di María, autor de tres pases de gol que se rompió tras chocar con una valla de publicidad y debió retirarse en camilla para dejar su sitio a Benzema.

Di María estaba en estado de gracia, pero la desgracia se alió con el argentino y su lesión muscular provocó que Benzema e Higuaín coincidiesen en el campo. La particular batalla goleadora la ganó el francés, con las dos últimas dianas, cuando Osasuna ya rezaba porque se acabase el martirio. El Madrid, que en el Bernabéu gana y golea casi por inercia frente a adversarios tan débiles, fue de menos a más, creciendo en intensidad, aunque no fue nada elevada, y jugó un partido comodísimo. Le costó entrar en el partido, y casi andando, se mostró muy espeso al principio, también perjudicado por la organización defensiva de Osasuna, pero en cuanto abrió el marcador cayeron los goles casi sin querer. Hasta marcó Pepe, que provocó que Mourinho celebrase ese gol como un título tras su enfado por el 1-1, con el árbitro y sus jugadores.

Sahin y Xabi, juntos

Dominó el Madrid sin brillo en una primera parte en la que sentenció tan desequilibrado choque, y en la segunda arrasó al pobre Osasuna sin ceder la iniciativa. Con el balón en su poder, otra vez, y con un jugador más, siguió buscando la portería contraria y ejerció un monólogo del que también se aprovechó Sahin para irse acoplando al juego cada vez más diverso al que el turco también promete aportar. Sahin y Xabi Alonso jugaron juntos casi media hora, aunque cuando el Madrid ya ganaba por 6-1, y el turco, que promete, aunque está en pretemporada, también quiso participar en una mañana festiva en la que Osasuna, hasta con nueve bajas, se convirtió en una víctima esperada.

Estuvo más listo que el Madrid en el gol del empate, al sacar rapidísimo una falta mientras los jugadores locales protestaban al árbitro, pero la igualdad no duró ni tres minutos. Se crisparon Mourinho y su equipo con esa acción, y a partir de ahí, sin un fútbol maravilloso, pero sí con una superioridad insultante y un ataque contundente, borró del campo a Osasuna. Y sin machacar al contragolpe. Ahora lo hace casi siempre dominando a su rival, y el Madrid ya suma 10 victorias consecutivas, siete en la Liga. Un racha fantástica para un equipo con mentalidad de campeón que esta temporada lo ve factible, con permiso del Barça.