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El Madrid borda el contragolpe

Tras un arranque titubeante, los de Mourinho aniquilaron a un Ajax tan vistoso como vulnerable

MADRID Actualizado: Guardar
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Dirigido con maestría por Xabi Alonso y beneficiado por la progresión de Kaká, el Real Madrid interpretó a la perfección el contragolpe y consolidó su liderato de grupo al noquear a un Ajax tan vistoso como vulnerable. Mourinho vivía una noche extraña. Cumplía cien partidos como técnico en competiciones europeas y lo hacía lejos de su hábitat, ‘castigado’ en un palco privado, pero hizo un guiño al buen fútbol.

Ante un rival que juega y deja jugar, fiel a la tradicional escuela holandesa, no la que representó la selección de Van Marwijk en el Mundial de Sudáfrica, el técnico luso dribló a sus redactores al linear a Kaká y Özil juntos. Una decisión que se le agradece. El Madrid ganó bien y demostró que caben varios peloteros juntos en un equipo. No es necesario tanto músculo para que el Madrid se imponga al 85% de sus rivales. Ya sería mucho pedir que acompañase a Xabi Alonso con Granero, por ejemplo, en lugar de Khedira. Por más que el rival invitase al lucimiento, tanto jugador creativo junto ya sería un atentado contra sus principios del ‘equilibrio’.

El primer gol de los blancos fue un prodigio, un resumen perfecto de lo que es capaz este Madrid al contragolpe y con espacios. Una jugada sublime, combinación inigualable de técnica, movimiento, versatilidad, despliegue, profundidad y remate. Cristiano, Kaká, Özil y Benzemá lo hicieron todo al primer toque. Eligieron siempre la mejor opción hasta que el portugués remató casi a placer. Ese gol marcó, además, un punto de inflexión en el partido. Hasta entonces, el público estaba inquieto. Había murmullos y hasta silbidos en el Bernabéu. El Ajax había salido muy valiente, con la presión muy arriba para dificultar la salida de los madridistas, y los de ‘Mou’ se metieron muy atrás. Es indiscutible que este Madrid está construido para matar al contraataque, pero no es menos cierto que a su exigente afición no le gusta que un equipo tan grande salga a esperar al adversario en el Bernabéu.

Buena imagen del Ajax

Como ocurrió ante el Rayo, el campeón holandés generó peligro al principio. Antes de cumplirse el primer minuto, Casillas tuvo que lucirse a disparo del islandés Sigthorsson. Los ‘tulipanes’ florecían cerca del área de Iker, perfecto al salir victorioso de un mano a mano con De Jong, nada que ver con el que hizo la entrada brutal a Xabi Alonso en el Soccer City de Johannesburgo. Fue precisamente esa acción, cumplido el primer cuarto de hora, la que provocó abucheos en Chamartín. Sonó la alarma en la grada y los blancos se desperezaron. A base de pases largos de Xabi Alonso o de contras fulminantes, pusieron a prueba de Vermeer, sustituto en la portería de Stekelenburg, traspasado a la Roma de Luis Enrique.

El primer aviso serio lo dio Benzema. Erró un remate que parecía gol seguro tras un pase de la muerte de Khedira, quien se presentó en la línea de fondo con facilidad pasmosa. Cristiano también la tuvo pero se encontró con un portero que se jugó el tipo. Los nervios se cortaron con ese gol prodigioso. Ya en ventaja, el Madrid halló todavía más huecos y jugó a placer. Se garantizó el triunfo cerca del descanso. Cambio de juego de Xabi, pase de Cristiano a Kaká y excelente tiro desde la frontal del brasileño ante la pasividad de sus marcadores. Y por si el Ajax mantenía alguna esperanza, el tercero, en el arranque de la segunda mitad, le terminó de hundir. Había fallado un par de ocasiones muy claras, pero Benzema ya no perdonó tras asistencia de Kaká. El francés dejó la nota negativa del choque ya que luego fue sustituido por una lesión muscular. La positiva, además del triunfo, el estreno del turco Altintop.

Pese a la severa derrota, mayor que la sufrida el curso pasado por el equipo dirigido por Martin Jol, el Ajax de Frank de Boer dejó una buena impresión. Es un equipo en permanente reconstrucción, joven y con problemas en defensa, pero es osado y elegante. Prometió el excentral del Barça que su equipo aplicaría su filosofía con valor, y lo cumplió. Pidió a sus hombres que disfrutasen del honor de poder jugar en el Bernabéu y no saliesen con miedo. Quizá facilitó el trabajo del Madrid con este fútbol alegre pero mejor perder así que con una imagen mezquina impropia de un club que marcó una época y conquistó cuatro Copas de Europa.