Barcelona se planteo la opción de cobrar una tasa turística de aproximadamente un euro por estancia a los que pernoctaran en hoteles de la ciudad. /Archivo
EL TURISTA CURIOSO

Pagar impuestos hasta de vacaciones

Venecia suma una nueva tasa, algo que cada vez es más habitual y que los turistas deben sumar al presupuesto de su viaje | En la mayoría de los casos son pequeñas cifras, en otros, pueden sorprendernos

MADRID Actualizado: Guardar
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Olvidar el pago de impuestos es cada vez más difícil, incluso cuando uno está a miles de kilómetros de su residencia. Las tasas aplicadas a los turistas aumentan discretamente y pueden llegar a sorprendernos a la hora de sacar la cartera. Venecia ha sido una de las últimas ciudades en aplicar la tasa de pernoctación. Este pasado mes de agosto ha quedado aplicado este gravamen que supondrá el pago por parte del turista que quiera pasar la noche en la ciudad de los canales.

La cantidad variará en función de la temporada y del tipo de alojamiento escogido, oscilando así entre los 3 céntimos, para quienes escojan la opción del camping y los 5 euros para quienes prefieran un hotel céntrico. La suma obtenida irá destinada a promocionar el turismo y al mantenimiento del patrimonio cultural del lugar.

Esta iniciativa, que ya estaba en marcha en Roma desde marzo de 2010, tiene fines como contribuir al gasto urbano (seguridad, iluminación, recogida de basuras…) que el propio turismo genera, creándose un ciclo en el que el dinero del turista vuelve a llegar, en forma de servicios, a otros visitantes.

Aunque hay quienes creen que esta pequeña suma, que será abonada en el propio hotel o será pagada por anticipado en la agencia de viajes, reporta ventajas en la calidad del turismo, las críticas a esta medida están sobre la mesa, pues son muchos los que creen que con el pago de este impuesto se puede desincentivar la actividad.

La realidad es que, aunque esta tasa se lleva aplicando desde hace varios años en países como EE.UU, Francia, Bahamas, Canadá…, en España no ha terminado de cuajar. El primer intento tuvo lugar en 2001 en Baleares, cuando el Parlamento autonómico instauró la “ecotasa”, un impuesto que se sumaba al precio de la noche de hotel y al alquiler de apartamentos turísticos y cuyo destino era la reinversión en la actividad turística y la protección del medio ambiente. Las críticas por parte de hosteleros, las dudas sobre la finalidad de la recaudación y la llegada de los populares al gobierno hicieron desaparecer este impuesto en 2003.

El debate se reavivó el año pasado en Barcelona cuando se planteo la opción de cobrar una tasa turística de aproximadamente un euro por estancia a los que pernoctaran en hoteles de la ciudad. Una aportación que serviría para compensar los recortes que se han realizado en la promoción turística y que ayudaría a la ciudad condal a competir con ciudades europeas como Paris o Roma, que sí aplican este cargo.

Una tasa con historia

Los pioneros en esta cuestión fueron los franceses, quienes crearon la “tasa de estancia” en 1910 para ayudar a los núcleos turísticos a promocionarse y competir con los balnearios de Austria y Alemania. Cada municipio puede aplicar el impuesto libremente durante todo el año o sólo en época media- alta y la recaudación será destinada obligatoriamente a la actividad turística.

Los números hablan y es que los pagos a los que están obligados los turistas están aumentando en los últimos años. 14 dólares en concepto de tasa turística para visitar Estados Unidos, más una cantidad que oscila entre el 5% y 10% del precio de la noche de hotel. En Alemania, el plus aplicado a las tasas aéreas ronda entre los 8 y los 45 euros, según el tipo de vuelo. Las cifras suben si el país es Bután, 65 dólares por noche. Una medida que busca limitar el impacto del turismo y tener controlada la cifra de visitantes.

Y si no se paga al entrar, también pueden reclamarnos el impuesto al salir. Así pasas en países, como Cuba o Colombia, dónde para conseguir subir al avión hay que pasar por caja.