ATENTADOS DE OSLO

Breivik llamó dos veces a la Policía para rendirse

Las Fuerzas de Seguridad confirman que se presentó como "comandante del movimiento de resistencia anticomunista noruego" antes de ser detenido

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La Policía noruega ha confirmado que mantuvo dos conversaciones telefónicas con el ultraderechista Anders Behring Breivik, autor del doble atentado de Oslo, antes de ser capturado y que las dos veces pidió entregarse. En ambas llamadas, que se produjeron con un intervalo de casi media hora, fue Breivik el que cortó, y aunque luego un agente intentó llamarlo de nuevo, no tuvo éxito, ha declarado en rueda de prensa Sissel Hammer, comisaria del distrito del norte de Buskerud.

Breivik aseguró en los interrogatorios que había llamado desde el móvil de una de las víctimas una decena de veces a la Policía y que en dos casos logró comunicarse, mostrando su deseo de rendirse, pero que como supuestamente no recibió una llamada que confirmara que su mensaje había sido recibido, decidió continuar disparando.

La Policía noruega había admitido hasta ahora la existencia de la segunda llamada al distrito del sur de Buskerud, pero no la de la primera, que fue recibida en otro, el del norte de Buskerud. Además de confirmar las dos conversaciones, la Policía comunicó su contenido, después de que abogados de víctimas y supervivientes de la matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas en la isla de Utoya habían pedido por vía judicial su difusión.

"Comandante anticomunista noruego"

En la primera llamada, que consta como recibida en el registro a las 18.01 h local, el fundamentalista cristiano se presentó como "comandante Anders Behring Breivik del movimiento de resistencia anticomunista noruego", dijo que estaba en Utoya y que quería entregarse. Después de que Breivik aclarara al agente que llamaba desde el móvil de otra persona, éste le volvió a preguntar por su nombre y ahí la conversación se cortó, de acuerdo con el registro policial.

La segunda llamada, de mayor duración, fue recibida a las 18.26 h local, según el registro, y en ella Breivik dio su nombre completo, se presentó como comandante del movimiento de resistencia antiislamista y miembro de los templarios europeos y luego pidió ser entregado a las fuerzas especiales porque consideraba acabada su misión. La conversación finaliza con un malentendido: Breivik pide al agente al mando que le llame a ese teléfono cuando las fuerzas especiales hayan recibido el mensaje de rendición y se despide, mientras éste le pregunta por el número de teléfono de su móvil.

Breivik fue detenido a las 18.27 h, solo un minuto después de la llamada, aunque las Fuerzas de Seguridad han reconocido que podría haber pequeñas diferencias entre la hora que figura en el registro y la real.

Cinco tiradores y explosivos

La Policía noruega ha aprovechado la ocasión para hacer un repaso cronológico de su actuación para dar algunas "respuestas provisionales" a víctimas y supervivientes, con el fin de que tengan "una imagen más clara de lo ocurrido", ha asegurado su director, Øystein Mæland. Así se ha sabido que los agentes intentaron usar lanchas particulares que había en tierra para ir a la isla, pero que no pudieron utilizarlas porque no pudieron arrancar el motor y sus dueños tampoco estaban, de ahí que tuvieran que esperar a la llegada de un bote propio.

El jefe de las tropas de emergencia, Anders Snortheimsmoen, ha revelado que se recibieron informaciones confusas, como que había cinco tiradores y explosivos, lo que dificultó el trabajo. La magnitud de los atentados y el hecho de que toda la atención estuviera centrada inicialmente en la explosión del coche-bomba en el centro de Oslo y no en Utoya, fueron otros aspectos apuntados por la Policía noruega, que afrontó "una operación sin igual en nuestra historia", en palabras de su máximo responsable.