revueltas callejeras

Las respuestas a una violencia contagiosa

Tras esta oleada de disturbios, numerosos expertos analizan las causas de tanta delicuencia

LONDRES Actualizado: Guardar
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El Reino Unido se pregunta qué hay detrás de la grave ola de violencia callejera protagonizada mayoritariamente por jóvenes y adolescentes que se enfrentan a la policía y destruyen y saquean lo que ven a su paso. Las autoridades han insistido en calificar de "delincuencia contagiosa" los disturbios, que se han expandido como la pólvora desde el pasado sábado por numerosos barrios de Londres y otras ciudades de Inglaterra, como Manchester y Birmingham.

"A pesar de lo que pueda parecer en un principio, la variedad de las personas implicadas en estos disturbios es enorme", ha explicado el profesor de Sociología de la Universidad de Leeds, Paul Bagguley. "Hay gente muy joven, hombres y mujeres de todas las razas, mayoritariamente desempleados, pero uno de los detenidos es un profesor de 32 años acusado de participar en un saqueo", ha recordado.

Aunque muchos van enmascarados, otros llevan la cara descubierta y parece no importarles ser grabados por los medios de comunicación y las cámaras de seguridad, cuyas imágenes están sirviendo a la policía para su detención. "Seguiré haciéndolo hasta que me pillen. Cuando vuelva a casa, nada me va a pasar", ha asegurado uno de los alborotadores de Manchester a un reportero de la cadena pública BBC.

Según el criminalista John Pitts, "el vandalismo hace a los más desfavorecidos sentirse de repente poderosos", y esto es algo "muy contagioso". Para el psicólogo Lance Workman, los humanos son los mejores imitadores del planeta y casi siempre "imitamos aquello que es provechoso. Si ves a gente saliendo de las tiendas con un televisor de pantalla plana en la mano, hay un tipo de personas que puede pensar: ¿Por qué no lo hago yo?", ha relatado a la BBC.

Comienzo de los disturbios

Cuando el sábado comenzaron los disturbios en el barrio londinense de Tottenham, nacieron motivados por la muerte allí de un joven de 29 años a manos de la policía, en un zona donde las tensiones entre la comunidad negra y las fuerzas de seguridad vienen de lejos. Sin embargo, los saqueos posteriores, que hasta ahora han tenido como consecuencia más de mil detenciones y la muerte de cuatro personas, no cuentan con una reivindicación clara.

Los expertos insisten en que los disturbios no son comparables a los ocurridos en las barriadas conflictivas de París en 2005 o a los ocurridos en el Reino Unido en la década de 1980, cuando las motivaciones de protesta era más claras. "Es evidente que ahora no se reivindica nada, pero todo está relacionado con la sociedad extremadamente consumista en que vivimos, con la gente bombardeada por anuncios de productos innecesarios que se acaban convirtiendo en necesidades", ha asegurado el sociólogo Paul Bagguley.

La crisis económica complica las cosas según este experto: "La gente no tiene dinero y no se puede permitir artículos que desea; además, por culpa de las altas tasas de desempleo vemos a muchos jóvenes sin nada que hacer que se involucran con más facilidad en este tipo de actividades".