ANÁLISIS

¿Qué hacer?

Mientras la Bolsa continúa su camino hacia los infiernos y la prima de riesgo se mantiene en cotas muy altas , el Gobierno se esfuerza en trasmitir calma y sosiego

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Mientras la Bolsa contnúa su camino hacia los infiernos y la prima de riesgo se mantiene en cotas muy por encima del campamento base, el Gobierno se esfuerza en trasmitir calma y sosiego y asegura que ha hecho lo necesario para evitar el rescate. Es cierto que ha hecho una reforma laboral, que ha modificado las pensiones y que ha tomado iniciativas para reducir el déficit. Lo malo es que ha hecho una «mala» reforma laboral y que las iniciativas para reducir el déficit han sido «escasas». Lo primero se demuestra con la evolución del paro, cuya mejora es leve y temporal y se debe a los efectos, benéficos pero transitorios, del verano. Lo segundo lo vemos en los ataques de los mercados. Porque, si no hay una explicación técnica y objetiva ¿qué sucede? ¿Nos han cogido manía, como acostumbran a asegurar los malos estudiantes ante una abundante cosecha de suspensos? ¿Por qué no se meten con Holanda?

Rubalcaba, afectado por el mismo síndrome de visión borrosa que parece Zapatero, nos asegura que «hay signos de recuperación», pero vayan a la encuesta efectuada por la agencia Reuters y comprobarán que las apuestas se dirigen hacia un 0,1% de crecimiento en el segundo trimestre. Ahí reside el problema, en nuestra incapacidad para crecer y en nuestras dificultades para sostener en el tiempo nuestro nivel de endeudamiento. ¿Qué hacer? Pues lean lo dicho por el Gobierno: desatascar las ayudas europeas y lanzar mensajes y adoptar medidas claras en defensa del euro. Y añadan lo que no dice: efectuar reformas «buenas» y tomar iniciativas «contundentes» de reducción del déficit. Claro que eso conduce inexorablemente a una abultada derrota electoral. La tentación de «pasar el marrón» al siguiente gobierno era astuta, pero el tiempo se nos ha echado encima. Alguien se va a arrepentir de haber tardado tanto en convocar las elecciones…