ANÁLISIS

Gates deja a su sucesor en el Pentágono una nueva visión para el siglo XXI

El hasta ahora secretario de Defensa transmite a Panetta el encargo de olvidar las grandes operaciones militares terrestres

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El secretario de Defensa de EE UU, Robert Gates, ha dejado, al entregar el Pentágono a su sucesor Leon Panetta, el encargo de agilizar las Fuerzas Armadas y olvidar las grandes operaciones militares terrestres.

"Cualquier futuro secretario de Defensa que vuelva a aconsejar al presidente enviar un gran ejército de tierra a Asia, Oriente Medio o África debería de hacer que le revisen la cabeza", dijo Gates en febrero en un discurso en la Academia Militar de West Point en el que elaboró su visión para las Fuerzas Armadas del siglo XXI.

Las posibilidades de que se repitan invasiones como las de Irak y Afganistán, en las que han muerto más de 6.000 soldados estadounidenses, son, en opinión de Gates, "escasas". En lugar de eso, la primera potencia militar tiene que estar lista para más operaciones navales y aéreas y para una respuesta ágil ante misiones contraterroristas, de reacción rápida, desastres naturales y ayuda en la seguridad y estabilización de países.

El que EE UU tenga el mayor déficit público de los países avanzados, equivalente al 10,8% del Producto Interior Bruto (PIB), complica, también, el respaldo futuro de la Casa Blanca y el Congreso a operaciones como las de Irak y Afganistán. Estas contiendas, junto a las operaciones militares en Pakistán, costarán entre 3,2 y 4 billones de dólares, según un estudio divulgado hoy por la Universidad de Brown.

De hecho, Obama insistió el miércoles en que la reducción del déficit pasa, necesariamente, por el recorte de partidas como las de Defensa, que se espera alcance los 78.000 millones de dólares en los próximos cinco años.

Un listón muy alto

Pese a los frentes que deja abiertos, Gates afirma que entrega el Pentágono al hasta ahora director de la Agencia Central de Información (CIA), Leon Panetta, en un momento histórico fascinante. Para ilustrarlo, le gusta sacar a colación una de sus citas favoritas de la Guerra de Independencia de EE UU (1775-1783) contenida en una carta de Abigail Adams a su hijo, el que sería el sexto presidente del país, John Quincy Adams (1825-1829). "Estos son tiempos en los que a cualquier genio le gustaría vivir", dice la misiva, en la que Abigail Adams afirma "que las grandes personalidades no se forjan en los momentos de calma" y en la que sostiene que los momentos de grandes necesidades exigen también "grandes virtudes".

Además de importantes desafíos, Gates también deja a su heredero un listón muy alto, en opinión de la mayoría de analistas. Hombre pragmático, es el único secretario de Defensa que ha servido a dos presidentes de distintos partidos: George W. Bush primero y Barack Obama ahora.

Su estilo de liderazgo en el Departamento de Defensa contrastó, desde el primer momento, con el de su polémico antecesor, Donald Rumsfeld, uno de los halcones de la administración Bush. Si Rumsfeld llegó al Pentágono tras haber escrito un libro de gestión llamado 'Las reglas de Rumsfeld', Gates bromea al afirmar que el único entrenamiento en gestión que ha recibido fue con los boy scouts cuando tenía 14 años.

A diferencia de Rumsfeld, que se rodeó de "hombres de confianza", Gates cree que los nuevos líderes no deben de llegar rodeados de un gran cortejo, y mantuvo a la mayoría de los asesores de su antecesor tras ser nombrado secretario de Defensa por Bush. Cuando Obama lo mantuvo en el puesto, pidió conservar tan solo a unos cuantos ayudantes que él consideraba imprescindibles.

Tras unos primeros tropiezos durante sus primeros puestos de responsabilidad en la CIA, en los que se ganó fama de "jefe abusivo" y donde asegura aprendió grandes lecciones, dice tener dos grandes máximas: la de respetar y escuchar a los profesionales a su cargo y exigir responsabilidades cuando se cometen errores.

Los años, además, le han ablandado el corazón, y en sus últimas entrevistas no ha tenido reparos en confesar que acaba muchos de sus días llorando, cuando, ya de noche en su casa, escribe cartas personalmente a los familiares de soldados fallecidos en Irak o Afganistán. "Me siento personalmente responsable por cada uno de vosotros al ser quien os envió aquí. Sólo me gustaría que sepáis lo mucho que os quiero", dijo en diciembre durante su último viaje Afganistán.

Obama ha despedido hoy a Gates con honores durante una ceremonia en el Pentágono en la que ha alabado al secretario saliente como "un humilde patriota estadounidense".