Sherlock Holmes, un eterno detective

Sherlock Holmes es inmortal. En varias ocasiones, su creador, sir Arthur Conan Doyle, trató de acabar con él, pero finalmente tuvo que ‘resucitarlo’ por demanda de sus lectores. Casi 125 años después de su nacimiento, las historias del detective más prodigioso de la Inglaterra victoriana siguen pareciendo modernas. Después de numerosas versiones para la pequeña y la gran pantalla, la cadena británica BBC ha adaptado sus historias al siglo XXI con una nueva serie. Ha sido la gran vencedora en la última entrega de los BAFTA (los premios de la Academia Británica) y próximamente llegará a la programación de Antena 3.

Tras Peter Cushing, Basile Rathbone o Gene Wilder, en esta ocasión Benedict Cumberbatch (‘Un chico listo’ o ‘The Last Enemy’) tiene la responsabilidad de dar vida a este Holmes actualizado. Cuenta con los artilugios tecnológicos más modernos, pero conserva su astucia, vive en el 221-B de Baker Street de Londres y el doctor Watson sigue siendo su inseparable compañero de aventuras. Pero esta vez, el personaje interpretado por Martin Freeman (‘Zombies Party’ o el próximo Bilbo Bolsom en ‘El Hobbit’) acaba de volver de la guerra de Afganistán con lesiones físicas y psíquicas.

Pese a la contemporaneidad de la serie, la esencia original de los protagonistas no desaparece. La época en la que viven sólo se reconoce por el contexto en el que se mueven, no por ellos. La historia tiene ritmo y tiene gancho. Los análisis de Sherlock Holmes son tratados con un montaje y unos diálogos ágiles que, si bien al principio agradan, su exceso puede resultar fatigante para el espectador.

La primera temporada tan sólo cuenta con tres capítulos, eso sí, de noventa minutos (una duración normal en España, pero poco habitual en el extranjero). La segunda ya está en proceso de producción y también constará de tres episodios.

El personaje interpretado por Cumberbatch es frío, cargante y con cierto grado de chifladura. Su formidable síndrome analítico provoca que los acontecimientos sean rápidos. En poco más de cinco minutos, Watson pasa de ser un auténtico desconocido a convertirse en su perfecto compañero de aventuras.

Este tipo de personaje está de moda en la parrilla televisiva. ‘El mentalista’, ‘Psych’, ‘Castle’ o ‘Los misterios de Laura’ cuentan con investigadores sagaces, pero con cierto grado de locura. Sujetos capaces de averiguar los secretos más ocultos con tan solo dar la mano, de sacar información con el olfato y, como no, capaces de resolver todo tipo de crímenes por muy enrevesados que sean.