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El Real Madrid se despide con otra paliza

El conjunto del Montepaschi Siena se impone a los de Molin, que terminan en cuarta posición

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El Real Madrid empezó tocado la ‘Final Four’ más triste de su historia y acabó hundido. El equipo blanco entró en el partido por el tercer puesto en un estado depresivo y al igual que le ocurrió en las semifinales, también fue humillado. Al final, cuarto, como en sus dos anteriores citas en las que no se proclamó campeón (solo en la ‘Final Four’ de 1995), pero en esta ocasión con otra paliza, a manos de un Montepaschi Siena que le dio un repaso físico y mental.

El Madrid, que no está al nivel, consideraba importante ganar el encuentro de castigo de Barcelona con vistas a las eliminatorias de la Liga ACB, pero tampoco pudo siquiera competir y fue aún más golpeado. La derrota es lógica en un partido sin sentido que nadie quería jugar, pero lo que no se esperaba era que el Madrid fuese de nuevo arrollado. Aunque aún quede la disputa por la Liga, Emanuele Molin ya no tiene ningún futuro en el banquillo de este equipo que solo tuvo alguna capacidad de reacción en el segundo cuarto y se marchó del Sant Jordi arrastrado.

Esta vez solamente respondió Sergio Llull, máximo anotador de un duelo muy frío, en la pista y en la grada, con los escasos seguidores blancos tan desolados como su equipo. El Madrid, siempre por detrás en el marcador, saltó a la pista dormido y así le ocurrió. Que acabó el primer cuarto de forma lamentable, con solo 11 puntos, aunque el tercero no fue mucho mejor, con un parcial demoledor de 2-13 para poner la que fue entonces la máxima diferencia (39-53) que después aumentaría.

Sin ningún ánimo, y sin poder físico, el Madrid fue vapuleado por los pívots del Siena (Lavrinovic y Rakovic), por la defensa en zona italiana, y por la fortaleza de Moss y McCalebb. El Madrid no le puso, una vez más, lo mínimo que se esperaba, que era casta, y en el tiro volvió a estar horrible (22 de 53 lanzamientos, con tres triples de 15 intentos). Tuvieron su oportunidad Velickovic, y durante menos de tres minutos, Begic, para nada. Para colaborar en otra actuación vergonzosa en una ‘Final Four’ para olvidar. Ahora sí que es preciso que aparezca el llamado ‘Madrid de futuro’.