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El árbitro expulsa a Pinto en el descanso

Wolfwang Stark ha enseñado la tarjeta roja al guardameta suplente por una agresión a 'Chendo'

MADRID Actualizado: Guardar
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Se calentó tanto el partido al filo del descanso que cuando los jugadores del Madrid se dirigían al túnel de vestuarios, Pinto agredió a Arbeloa con un manotazo en la cara que le costó la expulsión al portero suplente del Barça. Arbeloa se enzarzó en el campo con Keita y, cuando ambos ya se habían tranquilizado, Pinto esperó al internacional madridista a las puertas del túnel para propinarle una bofetada y provocar una pelea en la que incluso participó el delegado del club blanco, Chendo, que se lanzó contra Valdés.

En la tangana, que ya era la segunda, se vieron involucrados varios jugadores azulgrana, encabezados por Pinto y Milito, otro suplente demasiado nervioso después de que en la recta final del primer tiempo el Madrid desquiciase al Barça con la amarilla que consiguió sacar a Alves, por reiteración. En la acción previa Marcelo derribó a Busquets, pero el centrocampista catalán hizo teatro para buscar la amonestación del brasileño madridista. También exageró Pepe en la entrada que recibió de Mascherano -con tarjeta merecida para el argentino- al inicio de la segunda parte, igual que Pedro se tiró a la piscina intentando provocar un penalti de Marcelo.

También Pedro se echó mucho teatro ante Arbeloa, como si hubiese recibido un golpe en la cara, cuando el lateral blanco le frenó en el pecho en una contra visitante. El extremo canario se tiró al suelo como si le hubiesen dado un puñetazo. Sin embargo, Pedro sí fue víctima de un pisotón de Marcelo en la oportunidad de gol de la que dispuso y fue salvada por Casillas en el minuto 67.

Demasiadas trampas

Tantas trampas y antideportividad por parte de ambos equipos no podía acabar nada bien, y Pepe, que ya se había arriesgado en el primer tiempo a alguna amarilla, como en la acción en la que derribó sin balón a Alves -una llamada falta técnica-, se expuso de tal manera que se llevó la roja directa con una peligrosa plancha al brasileño. Alves se retiró en camilla, exagerando haber sufrido un daño tremendo, mientras el Bernabéu explotaba y Mourinho se reía y aplaudía con ironía al cuarto árbitro. El técnico portugués que siempre se queja de que es imposible, “en España y en Europa”, acabar con once frente al Barça, también fue expulsado.

A Mourinho volvieron a darle la razón con la roja a Pepe, pero debería recriminar con contundencia al alocado defensa portugués que como medio centro destructivo se ha convertido en el gran ídolo del madridismo. El alemán Stark podría haber saldado la entrada de Pepe a Alves con una amarilla, pero quiso cortar de raíz la dureza después de que durante todo el partido, que se le había ido de las manos, los futbolistas de uno y otro equipo se hubiesen convertido en unos enemigos suyos de cuidado. Nada de colaborar con el árbitro. Al contrario. A intentar engañar, a hacer faltas, a presionar lo más posible al árbitro... y a pegarse. Un pésimo ejemplo para quienes tanto les admiran.