cambio político en la isla

Conservadores y laboristas pactan un Gobierno de coalición en Irlanda

Una de las cuestiones más importantes para el nuevo Ejecutivo es la necesidad de renegociar los términos del rescate financiero por parte de la UE y el FMI

DUBLÍN Actualizado: Guardar
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El conservador Fine Gael (FG), ganador de las elecciones irlandesas, y el Partido Laborista tienen previsto presentar los detalles de su programa para formar un Gobierno de coalición entre ambas formaciones, como ya hicieron entre 1994 y 1997. Así lo confirmó anoche el líder del FG y futuro "Taoiseach" (primer ministro), Enda Kenny, después, dijo, de mantener varios "cara a cara" con su colega laborista, Eamon Gilmore, y solventar la últimas cuestiones que separaban a sus partidos.

Ambos líderes se reincorporaron ayer a las negociaciones, después de mantener en Helsinki y Atenas, respectivamente, reuniones con sus colegas del Partido Popular Europeo, la fuerza política más numerosa en el Parlamento de Estrasburgo, y de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. Con ellos han abordado una de las cuestiones más importantes para el nuevo Ejecutivo irlandés, la necesidad de renegociar los términos del rescate financiero a este país por parte de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), valorado en 85.000 millones de euros.

Kenny y Gilmore no han ofrecido detalles sobre el acuerdo de Gobierno, por lo que se irán conociendo a lo largo del día cuestiones como, por ejemplo, la distribución de las carteras ministeriales, en especial la de Finanzas, que ambos partidos quieren controlar.

Tanto el FG como los laboristas reconocían la urgencia para lograr un acuerdo este mismo fin de semana, más aún cuando la UE y el FMI quieren que el nuevo Ejecutivo comience el programa de reformas económicas para cumplir con los plazos fijados.

Severo programa de recortes

Los dos organismos internacionales ven prioritario que Irlanda avance en el saneamiento de su sistema bancario y vaya introduciendo medidas encaminadas a reducir el déficit público hasta el 3 % del Producto Interior Bruto en 2014, en línea con las directrices de Bruselas. Una fiscalidad baja y la aplicación de un severo programa de recortes del gasto social son, entre otras, las recetas del FG para rebajar el déficit público hasta la citada cifra en 2014.

Los laboristas, en cambio, abogan por un enfoque que combine ambas medidas y suavice el impacto de la crisis en las clases más desfavorecidas, al tiempo que prefieren extender hasta el 2016 el plazo para cumplir con las condiciones de la UE y el FMI.

El primer obstáculo para el futuro Ejecutivo podría surgir si se confirma, como adelantan los expertos, que el país necesitará más dinero de los 25.000 millones de euros depositados en el plan de rescate para hacer frente a la deuda de los bancos nacionales, la cual ha sido asumida por el Estado. En este sentido, el Partido Laborista mantiene que los tenedores de deuda deben compartir las pérdidas, mientras que el FG insiste en renegociar el acuerdo porque considera injusto que sea el contribuyente quien tenga que afrontar las deudas adicionales de los bancos con un dinero prestado a un interés del 5,8 %.