comicios a la vuelta de la esquina

La retirada de los 'verdes' del Gobierno irlandés agudiza la crisis política

El hasta ahora socio minoritario en el Ejecutivo argumenta que el primer ministro no puede seguir al frente del país

DUBLÍN Actualizado: Guardar
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La retirada del Partido Verde, hasta ahora socio en el Gobierno irlandés, agudiza la crisis política que sufre el país desde que el primer ministro, Brian Cowen, abandonase ayer la dirección del mayoritario partido Fianna Fáil (FF).

Para los 'verdes', un político como Cowen, sin credibilidad entre muchos de sus correligionarios y el electorado, que lo considera el político más impopular de la isla, no puede tampoco seguir al frente del Ejecutivo de Dublín, sobre todo cuando los comicios generales están a la vuelta de la esquina, el próximo 11 de marzo.

Apenas cuatro años de gobierno con el FF, los dos últimos de los cuales han estado marcados por la profunda crisis económica, han desgastado de tal manera a los ecologistas que la cita con las urnas podría deparar un descalabro electoral a ese pequeño partido bisagra.

En la rueda de prensa en la que ha anunciado su retirada del Gobierno, el líder de los 'verdes', John Gormely, ha justificado su decisión alegando la "falta de confianza" que ha generado en su partido la inexistente "claridad" del FF respecto al liderazgo de Cowen y la "ruptura del diálogo" entre los socios. "El pueblo irlandés ha empezado a perder confianza en la política y en el proceso político. Ha presenciado estupefacto la conducta de los partidos en el Dáil (Parlamento irlandés)", ha resaltado Gormley, en referencia a los acontecimientos de la pasada semana.

Cowen, acorralado

El jueves, el 'Taoiseach' (primer ministro) anunció para el próximo 11 de marzo la celebración de elecciones, dos días después de que el titular de Exteriores, Michéal Martin, abandonara el cargo tras no lograr desbancarle del liderazgo del FF. Ese mismo día dimitieron otros cinco ministros correligionarios, que, a diferencia de Martin, no se presentarán a las elecciones, fuga colectiva que la oposición interpretó como una burda maniobra para lavar la cara del muy deteriorado Gobierno y del propio FF, que lleva en el poder desde 1997.

La jugada le salió mal a Cowen porque no pudo sustituirlos con caras nuevas, sino que asignó esas carteras a otros ministros del gabinete, gesto que fue calificado de "farsa" por la oposición y el Partido Verde. Como ya hizo entonces, el 'Taoiseach' ha insistido hoy en que seguirá en el cargo y ha dicho que las carteras vacantes de los titulares 'verdes' serán asumidas por dos de los siete ministros que permanecen en el gabinete, mínimo permitido por la legislación irlandesa.

Sobrevuela la idea de un adelanto electoral

Ya fuera del Ejecutivo, Gormley ha asegurado que su partido apoyará la aprobación de la nueva Ley de Finanzas, el marco legal que da luz verde a los Presupuestos Generales para 2011, si se adelantan las elecciones. La nueva Ley también da cobertura legal al conjunto de medidas con el que se acometerá el proceso de reestructuración de la economía nacional durante los próximos cuatro años, tal y como establecen las condiciones del rescate financiero de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a este país.

Gormley ha opinado que ese proceso podría concluirse para finales de la próxima semana, como piden también los dos principales partidos de la oposición, el Fine Gael y el Laborista, favoritos, según las encuestas a compartir el poder tras la cita en las urnas. "Esperamos que el Fianna Fáil también haga un esfuerzo para acelerar la aprobación de la nueva legislación", ha añadido el líder del Partido Verde, en el poder junto a la formación republicana desde 2007. A este respecto, Cowen ha indicado hoy que considera "poco probable y realista" la aprobación para finales de la próxima semana de la Ley de Finanzas, con lo que ha dejado entrever que la fecha de las elecciones permanece en pie.

Sin embargo, tal es el caos que reina en la política irlandesa que cualquier giro inesperado en esta semana podría truncar los planes del 'Taoiseach'. Una dimisión en el Ejecutivo o una moción de censura lanzada por el FG o el partido Laborista podría precipitar el colapso del Gobierno, aunque la oposición ha advertido de que no dará ese paso si Cowen disuelve el Dáil antes del próximo viernes.

Los problemas de los 'verdes' con Cowen comenzaron el pasado noviembre, cuando le exigieron más claridad mientras negociaba con la UE y el FMI el plan de rescate para Irlanda. Gormley también ha dicho sentirse incómodo con las relaciones del primer ministro y las instituciones financieras nacionales.

En los últimos días, Cowen se ha visto obligado a dar explicaciones sobre las reuniones secretas que mantuvo con banqueros irlandeses al comienzo de la crisis económica, conocidas ahora a partir de la publicación de un libro de dos periodistas de Dublín. Cowen se reunió para jugar al golf con el ex presidente del Anglo Irish Bank, entonces la tercera entidad financiera del país, Sean FitzPatrick, en julio de 2008, tres meses antes de que el Gobierno garantizase todos los depósitos de los principales bancos nacionales.