fútbol | copa del rey

Simao brinda el último gol al Atlético

Un penalti transformado por el portugués en su despedida del Calderón dio un triunfo muy valioso a los rojiblancos, agarrados a Agüero y De Gea cuando Reyes se ganó la expulsión por 'embestir'

Madrid Actualizado: Guardar
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Liderado por un extraordinario Agüero, que se peleó como un coloso con toda la zaga 'perica', el Atlético logró una valiosa victoria ante el Espanyol en el primer asalto copero. Su victoria es mínima pero mantener la puerta a cero en el Calderón le concede cierto favoritismo para la vuelta en Cornellá-El Prat.

El penalti transformado por Simao en su emotiva despedida -la afición colchonera le tributó una sentida emoción cuando Quique quiso homenajearle al cambiarle a ocho minutos del final-, vale su peso en oro. Llegó fruto de una mano clara pero polémica, ya que pareció fuera del área. Fue una de las muchas acciones para la moviola de un encuentro trepidante, pasado por agua.

El Atlético superó una salida intensa del Espanyol, en la que Osvaldo trajo en jaque a la zaga local, pero se complicó la vida cuando ya tenía la victoria encarrilada. Reyes recibió una dura entrada y un balonazo posterior, pero reaccionó de forma pueril al embestir a su rival. No fue una acción alevosa pero sí completamente innecesaria. Vio la roja antes del descanso.

El 'Kun' se quedó sólo en punta pero cada vez que entró en contacto con el balón generó peligro. Aguantó, saltó, metió el cuerpo, dribló, se internó y consiguió igualar la situación al sacarle dos amarillas a Víctor Ruiz mediada la segunda mitad.

También reclamó algún penalti. Pudo resolver la eliminatoria el Atlético al contragolpe, y también en alguna acción a balón parado, pero también De Gea evitó el empate en una parada prodigiosa, tras un cabezazo de Osvaldo que le pillaba a contrapié. El argentino, mucho menos afortunado esta vez de cara al gol que en el 2-3 de la Liga, dispuso de otra muy clara pero lanzó a las nubes en inmejorable situación. Está visto que los choques entre 'colchoneros' y 'periquitos' no pasan desapercibidos.