XX CUMBRE IBEROAMERICANA

España y América Latina pactan una respuesta común a los golpes de Estado

Aprueban la "cláusula democrática" para prevenir los intentos de derrocar a los gobiernos constitucionales

MAR DEL PLATA Actualizado: Guardar
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Los jefes de Estado y de Gobierno de 22 países de América Latina, España, Portugal y Andorra acordaron dar una respuesta común a los golpes de Estado. El compromiso quedó plasmado en la llamada "cláusula democrática", un anexo a la Declaración de Mar del Plata con la que culminó la XX Cumbre Iberoamericana reunida hasta hoy en esta ciudad de Argentina.

"Es histórico", afirmó un entusiasmado presidente de Ecuador, Rafael Correa; "es la resolución más importante" en la historia de las cumbres, proclamó la argentina y anfitriona Cristina Fernández de Kirchner; "es un acuerdo de gran importancia y gran calado", resumió más modesta la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez. Epítetos al margen, es la primera vez que este foro en sus 19 años de existencia aprueba una resolución política de esta relevancia. Lo habitual solía ser el visto bueno a muy variadas declaraciones sectoriales, pero sin adquirir compromisos políticos que obligasen a los países.

La "cláusula democrática" establece que los países que vean interrumpida su vida democrática serán excluidos de los diferentes proyectos de integración y de los foros regionales, entre ellos las cumbres iberoamericanas. La medida no es tan restrictiva como la que han adoptado otros organismos regionales, Mercosur y la Unión de Naciones Sudamericanas, que establecen sanciones comerciales, ruptura de relaciones y hasta cierre de fronteras para los países que subviertan el sistema democrático.

En esta suavización mucho tuvo que ver, según fuentes diplomáticas, la postura de España que, junto a otros países, negoció que la cláusula no fuera tan drástica. Una posición coherente ya que el Gobierno español mantiene, a diferencia de la mayoría de países latinoamericanos, relaciones plenas con Honduras después del golpe de Estado que derrocó el año pasado al presidente Manuel Zelaya y las posteriores y discutidas elecciones que llevaron al poder a Porfirio Lobo.

La cláusula democrática, aun antes de aprobarse, se aplicó precisamente a Honduras, país que no fue invitado por Argentina a la Cumbre de Mar del Plata. Pero también es un aviso a las intentonas involucionistas, como la acaecida en septiembre pasado en Ecuador contra el Gobierno de Correa.

Wikileaks

La Declaración de Mar del Plata, por lo demás, se atuvo al guión. Condenó el intento de golpe de Estado en Ecuador, respaldó el proceso democrático en Haití, condenó el bloqueo norteamericano a Cuba y respaldó las pretensiones de Argentina sobre las islas Malvinas, entre otras resoluciones.

Pero en contra de lo que se esperaba, las filtraciones de Wilileaks no interfirieron apenas en el debate de los jefes de Estado y de Gobierno. El ministro de Asuntos Exteriores de Bolivia apenas hizo una mención para que esos informes no interfieran en las relaciones entre los países de la región. La jefa de la diplomacia española atribuyó esta falta de protagonismo a que existe un consenso internacional en que son "informes de parte" y opiniones "subjetivas" de diplomáticos de Estados Unidos sin rango de documento oficial.

La XX Cumbre Iberoamericana rindió además un sentido homenaje al ex presidente argentino Nestor Kirchner, fallecido en octubre, en el que después de un emotivo discurso del brasileño Lula, los asistentes aplaudieron durante un minuto. Su viuda la presidenta Cristina Fernández, confesó que era la primera vez que ovacionaba a su marido porque tenían el acuerdo secreto de que él sí aplaudía sus intervenciones, pero ella nunca las de él. Secretos de alcoba aireados ante una veintena de jefes de Estado y de Gobierno sorprendidos por la confidencia.