El presidente catalán y candidato del PSC, José Montilla. / Efe
campaña electorAL EN CATALUÑA

José Montilla, a la busca de la reconciliación con los socialistas del área metropolitana

El presidente de la Generalitat trata de remontar unas encuestas que le dan una pérdida de entre diez y cuatro escaños

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El candidato socialista, José Montilla, concurre por segunda vez consecutiva a las elecciones catalanes como cabeza de lista por el PSC. Natural de Iznájar (Córdoba, 1955), Montilla se convirtió hace cuatro años en el primer presidente catalán de la historia no nacido en Cataluña.

Hijo de uno de los miles de andaluces que durante los años sesenta y setenta viajó a Cataluña en busca de una vida mejor, el actual jefe del Gobierno catalán ha pasado por todos los ámbitos de la política. Estudiante de Derecho y Económicas (no acabó ninguna de las dos) ha sido desde alcalde de Cornellà, localidad del conocido como cinturón de rojo de Barcelona, hasta ministro de Industria con José Luis Rodríguez Zapatero.

En 2004, dejó el Gobierno central para regresar a Cataluña y sustituir al primer president socialista de la democracia, Pasqual Maragall. Hombre de pocas palabras, sonrisa no demasiado fácil y en ocasiones motivo de burla por lo mal que habla el catalán, Montilla ha sorprendido a propios y extraños por cómo ha defendido su puesto durante los últimos cuatro años.

La patata caliente del Estatut

Procedente del Gobierno central y con una ideología que lo situaba en la corriente más españolista del PSC, nadie pensaba que desde su cargo como president de la Generalitat se atrevería a enfrentarse a Zapatero como lo hizo durante la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica o durante el proceso de aprobación del Estatut. Ese es su gran legado y la patata caliente que le deja al próximo president, que tendrá que renegociar los catorce artículos que tumbó el Constitucional.

Montilla, padre de cinco hijos fruto de sus dos matrimonios, sorprendió a unos cuantos también cuando encabezó una manifestación de rechazo contra el Tribunal y que le situó una vez más en una posición que rozó el soberanismo, como le ocurrió a Maragall durante su mandato.

En cambio, Montilla ha dado un giro de 180 grados y ha planeado una campaña para recuperar a su votante menos catalanista. Estos son los cinco mandamientos con los que quiere remontar unas encuestas que le dan una pérdida de entre diez y cuatro escaños: "No pactaré con el PP en ninguna circunstancia; defenderé el Estatut; no convocaré, promoveré o toleraré un referéndum ilegal e inconstitucional sobre la independencia; y lideraré la lucha contra la crisis, con un Govern socialista, de izquierdas, progresista y catalanista". "El objetivo -dice- es hacer de Cataluña un mejor país, un país más próspero, más cohesionado, con más autogobierno, con más justicia social y puntero en la salida de la crisis. Desde la ambición y el rigor, la seriedad y el empuje".