en Bushehr

Pese a las sanciones, Rusia arranca el reactor de la central nuclear iraní de Bushehr

El Gobierno de Teherán mantiene que la instalación únicamente está destinada a generar electricidad y no puede ser utilizada con fines militares

CORRESPONSAL. MOSCÚ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pese al actual régimen internacional de sanciones, que cuenta, por cierto, con el apoyo de Rusia y China, y a los continuos toques de atención de EEUU, la agencia nuclear rusa Rosatom ha puesto hoy en funcionamiento la central atómica iraní de Bushehr con el objetivo aparente de producir solamente electricidad.

La polémica decisión se toma después de sucesivos retrasos, desacuerdos, impagos y un enconado tira y afloja entre Washington y Moscú. Supone la entrada de Irán en el club nuclear mundial, aunque, de momento, sólo para el uso civil de ése tipo de energía. El acto de inauguración de la central ha estado presidido por el director de Rosatom, Serguéi Kiriyenko, y su homólogo de la Agencia Iraní de Energía Atómica, Alí Akbar Salehi. "Pese a todas las presiones y sanciones impuestas por los países de Occidente, somos testigos del arranque del mayor símbolo de las actividades nucleares pacíficas de nuestro país", manifestó Salehi en su intervención. Kiriyenko, por su parte, dijo que "a partir de ahora, el reactor es ya una central atómica".

Serguéi Nóvikov, portavoz de Rosatom, explicó hace unos días en Moscú que se trata "del comienzo del arranque físico del reactor". Se comenzará a cargar el combustible nuclear y, antes de que el complejo alcance su total operatividad, deberán pasar unas semanas. Unas 82 toneladas de combustible están ya disponibles en las instalaciones de Bushehr para su empleo paulatino. Kiriyenko precisó hoy que la planta comenzará a generar electricidad antes de finales de año.

Durante una visita a Moscú, el pasado mes de marzo, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, le dijo a su colega ruso, Serguéi Lavrov, que el arranque de Bushehr es una medida "prematura" si se tiene en cuenta que Teherán no ha dado ninguna garantía sobre el supuesto uso pacífico que dice querer dar a la energía atómica. A juicio de Clinton, así se envía un mensaje erróneo" al régimen de los ayatolás.

Las sanciones no afectan al complejo

Lavrov, sin embargo, consideró entonces que Bushehr "es un elemento clave para lograr que Irán se mantenga en el seno de la Agencia Internacional de Energía Atómica" (AIEA), organismo que vigilará la actividad de la planta. Kiriyenko sostiene que las sanciones internacionales no afectan al complejo atómico iraní, ya que las fases del ciclo nuclear que podrían aprovecharse con fines militares (enriquecimiento de uranio y reprocesamiento del combustible) se harán exclusivamente en Rusia. Moscú y Teherán firmaron en 2005 un protocolo que obliga a devolver a Rusia el material radiactivo utilizado en Bushehr.

En noviembre del año pasado, tras un encuentro en Singapur entre los presidentes ruso y estadounidense, Dmitri Medvédev y Barack Obama, el Kremlin decidió posponer nuevamente la entrada en servicio de Bushehr. La decisión se percibió como un gesto de acercamiento entre los dos países, pero Lavrov dejó claro que el aplazamiento se debía "a problemas estrictamente técnicos". "Si estamos tardando en solucionar estos problemas es por que hace falta hacer las cosas con calidad, garantizando el alto nivel de las obras y un funcionamiento eficaz de la central".

Los ingenieros rusos que trabajan en Bushehr han provisto a la central de un armazón de acero esférico de 56 metros de diámetro, cuya función consistirá en contener posibles fugas radiactivas provocadas por averías y proteger el reactor y los equipos vitales de la planta de cualquier "impacto" causado desde el exterior, teniendo en cuenta fundamentalmente un ataque aéreo.

Además, Rusia no ha renunciado al posible suministro a Irán de cohetes antiaéreos S-300, para proteger todos los centros nucleares del país de hipotéticas incursiones de aviones enemigos. Las instalaciones de Bushehr empezaron a ser construidas en 1974 por la firma alemana Siemens, pero, tras la caída del Sha Mohamed Reza Pahlevi, en 1979, las obras quedaron suspendidas. El proyecto fue retomado por Rosatom tras la de firma del correspondiente contrato en 1995. El proyecto va a tener un coste aproximado de casi mil millones de euros y la potencia del reactor será de mil megavatios.