El líder de la oposición conservadora, Tony Abbott, vota junto a su familia en el club Queenscliff Surf Life Saving de Sidney. / Efe
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Las elecciones dejan en el limbo el próximo Gobierno de Australia

Con el 76,7% de las papeletas escrutadas, la coalición formada por los partidos Liberal y Nacional suma 72 escaños frente a los 70 de la formación de Julia Gillard

SIDNEY Actualizado: Guardar
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El color del Gobierno que Australia tendrá durante los próximos tres años ha quedado en el limbo después de que ninguno de los dos principales partidos políticos obtuviera la mayoría absoluta en las elecciones generales. La oposición conservadora liderada por Tony Abbot ha echado por tierra los pronósticos que adelantaban una ajustada victoria del Partido Laborista, de la primera ministra, Julia Gillard.

"El Partido Laborista ha perdido su supremacía", ha anunciado el jefe de la coalición conservadora formada por los partidos Liberal y Nacional en una festiva comparecencia ante sus seguidores en un hotel de la ciudad de Sidney. Según el recuento provisional ofrecido por la televisión ABC, con el 76,7% de las papeletas escrutadas, los conservadores habían obtenido 72 escaños, por 70 de los laboristas.

Los independientes han sumado cuatro escaños y uno el Partido Verde, que por primera vez desde su creación tendrá representación en el Parlamento, compuesto por 150 diputados. Estos resultados, de confirmarse, dejan a Australia en el limbo político, ya que ningún partido político habrá alcanzado los 76 escaños que representan la mayoría absoluta y permiten gobernar sin necesidad de recurrir a alianzas.

En manos de cinco diputados

Así pues, y tras los comicios más reñidos de la última mitad de siglo, serán los diputados independientes y el representante de los Verdes quienes tendrán la llave para formar el próximo gobierno. Aunque los resultados definitivos no se conocerán hasta pasados varios días, la mayoría de los analistas predicen que la coalición conservadora obtendrá en total 74 escaños, 71 los laboristas, cuatro los independientes y uno el Partido Verde.

A pesar de perder la mayoría parlamentaria, Gillard, la primera mujer al frente de la jefatura del Ejecutivo australiano, ha señalado que los Laboristas formarán el próximo gobierno. "Quedan por delante unos días de ansiedad, pero vamos a continuar luchando para formar el gobierno de este país", ha señalado la primera ministra en conferencia de prensa.

En su comparecencia, y en un aparente gesto de aproximación, la primera ministra ha felicitado a los cuatro candidatos independientes y al del Partido Verde que han obtenido representación parlamentaria y cuyo apoyo, probablemente, los laboristas precisarán para seguir al frente del gobierno. "En el Parlamento Federal tengo unos buenos antecedentes por trabajar de forma positiva y productiva con independientes, y con Verdes en el Senado", apuntaba Gillard. Además, se perfila que el Partido Verde será la fuerza que decidirá a que lado se inclina la balanza en Senado, institución a la que la Constitución confiere notables poderes, incluido el de bloquear las leyes que el gobierno propone al Parlamento.

Escaso margen

La poca diferencia que arrojaron las últimas encuestas de opinión llevaron a que tanto Gillard, como su contrincante, el candidato de la oposición conservadora, Tony Abbott, hicieran campaña hasta el último minuto. Gillard, quien accedió al poder el pasado junio tras desplazar de la jefatura del gobierno y del partido a Kevin Rudd mediante una revuelta en el seno de la formación de centroizquierda, se ha trasladado desde Sídney a Melbourne para votar, una obligación establecida por la legislación australiana. "Desde el primer día de campaña supe que las elecciones iban a ser duras y reñidas, y eso he seguido pensando cada día", ha reconocido la primera ministra a la prensa.

El líder de la coalición conservadora ha acudido pronto a depositar su voto en el distrito electoral de Warringah, al norte de la ciudad de Sídney. "Es un gran día por nuestro país porque podemos votar contra un mal gobierno", ha explicado.

Afganistán, economía y población

La jornada electoral, que ha transcurrido con normalidad, la ha empañado el anuncio del Ministerio de Defensa sobre la muerte de otros dos soldados australianos en un atentado en Afganistán. A pesar de que 20 soldados australianos han muerto en Afganistán desde 2001, siete de ellos en enfrentamientos con talibanes o en atentados con bomba, el despliegue militar en ese país y la política exterior en general no han sido asuntos destacados durante la campaña electoral. El Ejecutivo australiano ha aportado 663 millones de dólares al proceso de rehabilitación en Afganistán, y tiene a unos 1.000 soldados desplegados en el país bajo mando de la OTAN pese a que Australia no es miembro de la Alianza Atlántica

Aunque los laboristas se han esforzado por centrar la atención del electorado en la solidez de la economía, cuyo Producto Interior Bruto (PIB) crece a un ritmo de un 2,7% según datos del Banco de Australia, en la campaña electoral se han colado asuntos como la inmigración o el aumento de la población, estimada en 22 millones de personas.

La población australiana creció un 2% el año pasado, y tanto los laboristas como conservadores, se han comprometido a adoptar medidas para recortar la cifra de inmigrantes acogidos y a reforzar las fronteras marítimas con el fin de impedir la llegada a aguas de Australia de embarcaciones con personas que buscan asilo.