CAMBIO CLIMÁTICO

La temperatura aumentará en España hasta seis grados a finales de siglo

Las precipitaciones disminuirán entre un 15% y un 30%, según las proyecciones elaboradas por la Agencia Estatal de Meteorología

MADRID Actualizado: Guardar
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Una España peninsular más árida y calurosa, menos húmeda y con los ecosistemas alterados. Este es el escenario de futuro para finales del siglo XXI si no se adoptan las medidas necesarias para combatir el cambio climático. Según las nuevas proyecciones de cambio climático elaboradas por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la zona peninsular de nuestro país registrará un incremento de su temperatura máxima para el periodo 2071-2100 entre 3ºC y 6ºC respecto a los valores de referencia (1961-1990). Para la temperatura mínima este aumento estará comprendido entre 2ºC y 5ºC. Unos incrementos que serán ligeramente inferiores en la Comunidad de las Illes Balears, especialmente en los valores máximos, como consecuencia del efecto amortiguador de los océanos.

Las proyecciones de precipitación muestran una mayor dispersión de resultados. Aunque durante la primera mitad del presente siglo no existe una tendencia significativa en las precipitaciones de la España peninsular, sí existe una tendencia a la reducción de las mismas en la segunda mitad del siglo XXI. Para el último decenio de este siglo, las precipitaciones medias en la España peninsular disminuirían entre un 15% y un 30% respecto a las registradas en el periodo 1961-1990. Las proyecciones a largo plazo de AEMET han sido regionalizadas y sus gráficos pueden observarse en su página web www.aemet.es.

Este mapa de la evolución a largo plazo del sistema climático “no es irreversible”, ha enfatizado la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera. Y es que, ha puntualizado, los escenarios de futuro “se construyen desde premisas que dependen mucho de lo que hagamos hoy” y, por lo tanto, pueden sufrir importantes variaciones si se adoptan medidas ambiciosas contra el cambio climático. No obstante, ha precisado que España se sitúa en una “zona especialmente delicada”, al estar ubicada en el sur de Europa y en la zona mediterránea.

“Este escenario no es irremediable”, ha dicho por su parte el presidente de AEMET, Ricardo García. “Se trata de información para pasar a la acción. Si no hacemos nada, vamos por este camino, que supondrá una situación de cambio drástico en el clima para nuestros nietos. Para hacernos a la idea, a finales de siglo la temperatura de Madrid sería como la de Sevilla”.

El inicio del proceso

Ha admitido Ribera que un escenario como el expuesto por las proyecciones de AEMET “nos abocaría a un entorno que no tiene nada que ver con el que tenemos actualmente. Habría cambios en los ecosistemas y las actividades económicas también se verían afectadas. Las estaciones de esquí sufrirían un cambio brusco y la disponibilidad del agua también se vería afectada”. Ambos responsables destacaron que estos datos “no son predicciones, sino que reflejan la evolución del clima si no se adoptan medidas tendentes a frenar el cambio climático”.

Así, las temperaturas en el último tercio de este siglo “aumentarían por el día, pero no tanto por la noche, mientras que las precipitaciones irían decreciendo según avanza la segunda mitad del siglo”, ha dicho García, quien ha observado que “éste no es el fin del proceso, sino el inicio” para adoptar las medidas necesarias que corrijan estas proyecciones. El presidente de AEMET ha significado que, por CCAA, “ninguna destaca por un comportamiento diferente; si acaso puede variar medio grado arriba o abajo”.

Ribera ha especificado que, como es lógico, los gráficos proyectados son susceptibles de cambio, “porque depende de lo que hagamos en las próximas décadas. Las proyecciones se modificarán si logramos reducir las emisiones” de gases de efecto invernadero. García ha manifestado que “el cambio climático no se puede detectar en un verano. Lo que podemos saber es que en los últimos 150 años la temperatura ha aumentado de forma significativa, no sólo por la variabilidad natural, sino por la emisión de gases de efecto invernadero”.

Estrategias de adaptación

La secretaria de Estado de Cambio Climático ha expresado que “la comunidad científica nos aporta modelos de ayuda para identificar los riesgos y, por tanto, lo mejor es invertir para que esos riesgos no se materialicen. Debemos transformar un modelo económico, tecnológico y de desarrollo para disponer de un futuro llevadero y cómodo. Debemos ir diseñando estrategias de adaptación y resistencia para hacer un uso eficiente del agua y proteger nuestro suelo y nuestros bosques. Hay que desarrollar herramientas para que ese escenario no se llegue a materializar”.

Teresa Ribera ha añadido que “la mejor política de adaptación al cambio climático es reducir las emisiones y la gran carrera tecnológica para ello se ha lanzado ya. Quienes aporten las mejores tecnologías verdes serán quienes ganen la carrera de la competitividad. La reducción en un 30% de emisiones es un hecho acordado por el Consejo Europeo. Falta confirmar cuándo es el momento adecuado para dar ese paso”.

Las proyecciones regionalizadas de la AEMET han sido actualizadas, por segunda vez, mediante la utilización de nuevos datos procedentes de los modelos globales que constituyen la base del IV Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), aprobado en Valencia en 2007.