JOYA DE LA PREHISTORIA

«Si Altamira reabre, entrarán algunas personas al día, algunas semanas al año»

El director del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, José Antonio Lasheras, ha aclarado que el Patronato no acordó reabrir la cueva, sino estudiar si se puede permitir el acceso del público y en qué medida

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El director del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, José Antonio Lasheras, ha asegurado que si finalmente se reabre la cueva original, cerrada al público desde 2002, podrán entrar "algunas personas al día, algunos días de la semana y algunas semanas al año". En una entrevista con Radio Nacional, Lasheras ha aclarado que el Patronato no acordó en su reunión del 8 de junio reabrir la cueva, sino estudiar si se puede permitir el acceso del público y en qué medida.

Para adoptar una decisión, los expertos designados por el Patronato de Altamira para fijar el régimen de visitas que puede admitir la cueva sin poner en riesgo las pinturas recibirán el asesoramiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que deberá redactar un segundo informe. Lasheras ha explicado que el primer informe del CSIC "generó conocimiento" sobre Altamira, pero le falta resolver esa ecuación entre "el deseo de acceder y el rigor y la responsabilidad de conservar".

El director del Museo Nacional ha explicado que "en el más grato de los casos para todos", si se establece la posibilidad de abrir, podrán "emocionarse en Altamira algunas personas al día, algunos días de la semana y algunas semanas al año". Y es que, según Lasheras, lo único que significa abrir es que algunas personas podrán sentir la emoción de estar "en un lugar tan mítico para toda la humanidad", una sensación que no se puede experimentar en la réplica.

La cueva «está menos estresada»

Cuando Altamira se cerró en 2002, la cifra de visitas alcanzaba las 8.800 al año. Lasheras ha subrayado que "lo más probable es que esa grata situación" que supondría la apertura se vaya a traducir en una cifra "bastante más reducida". Ha explicado que aunque como director del Museo tiene la responsabilidad de aplicar lo que decida el patronato con los mejores resultados posibles, como gestor de patrimonio disfruta "cuando los demás lo hacen", por lo que le gustaría que los dos millones y medio de personas que han visitado la réplica pudieran también emocionarse con el original.

Lasheras, uno de los pocos "privilegiados" que tienen acceso a esta cavidad, declarada Patrimonio de la Humanidad, entró en Altamira hace varias semanas para controlar su estado y verificar los aparatos y comprobó que las pinturas están "magnificas". "Sigue siendo una visión impresionante y emocionante", ha dicho. Y ha explicado que las mejoras experimentadas durante los ocho años en los que se ha prohibido el acceso al público no son "apreciables a simple vista", sin embargo, este tiempo ha servido para comprobar la "propia oscilación natural" de la cavidad y sus variaciones, sin influencias externas. Lasheras ha comparado la cueva de arte paleolítico más famosa del mundo "con una anciana que está en atención permanente y casi en cuidados intensivos" y ha defendido que desde que no recibe visitas "está menos estresada".