El primer ministro griego, Yorgos Papandréu. / Efe
crisis financiera mundial

El Gobierno griego pone en marcha un plan «sin precedentes» acordado con el FMI y la UE para evitar la quiebra del país

Los ministros de Economía de la eurozona están convocados a una reunión de urgencia en Bruselas para dar su visto bueno al programa de ajuste griego

ATENAS Actualizado: Guardar
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El Gobierno griego ha cerrado el acuerdo sobre su plan de austeridad con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), necesario para desbloquear la ayuda financiera con la que evitar la bancarrota del país. El plan está ahora encima de la mesa del Consejo de Ministros extraordinario que se celebra en Atenas.

El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha defendido ante su equipo este programa para evitar la bancarrota del país. "Haré todo lo necesario para librar el país de la quiebra. Ningún griego podría pensar en la magnitud del déficit cuando abandonó el poder el anterior Gobierno", ha asegurado Papandréu al inicio del encuentro.

"El objetivo es recuperar la credibilidad internacional", ha apuntado el primer ministro, que reconocía que su país no está en condiciones de refinanciar su deuda en los mercados internacionales. "Hemos construido este mecanismo de apoyo de la nada", ha declarado Papandreu. "Hace unos días pedimos su activación y hoy ratificamos el acuerdo, un paquete de medidas de apoyo sin precedentes para un esfuerzo sin precedentes del pueblo griego". El primer ministro ha advertido de que a menos que la población realice "grandes sacrificios", el país entrará en bancarrota. "Estos sacrificios nos darán el espacio para respirar y el tiempo necesario para realizar grandes cambios".

Negociación con el FMI, la UE y el BCE

Atenas ha negociado desde hace casi dos semanas un programa de consolidación fiscal trienal con el FMI, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE), una condición previa para acceder a los fondos internacionales de hasta 135.000 millones de euros que salven al país de la bancarrota.

El primer año se pondrían a disposición 45.000 millones de euros, de ellos 30.000 millones procedentes de préstamos bilaterales de los países de la zona del euro y 15.000 millones del FMI. Para reducir el déficit, que en 2009 escaló al 13,6% del Producto Interno Bruto (PIB), hasta el 3,6% en el año 2013, el Gobierno griego se compromete a recortar los sueldos de los funcionarios, detener las contrataciones públicas y congelar los salarios en el sector privado durante tres años. Además, también se recortarán las pensiones, las de más de 600 euros mensuales pasarán de 14 pagas anuales a 12, según algunos aspectos del programa adelantados por los medios griegos.

También subirán los impuestos sobre alcohol, tabaco y gasolina un 10% y se incrementará el impuesto del IVA dos puntos, hasta el 23%, en la que es la segunda subida de este gravamen este año. Las medidas aún deben de recibir el visto bueno del Parlamento la semana que viene, probablemente el miércoles, algo que se considera un trámite porque el gubernamental Partido Socialista Panhelénico (Pasok) cuenta con mayoría absoluta.

Reunión de los ministros de la eurozona

La presentación de las medidas se produce horas antes de la reunión extraordinaria de los dieciséis ministros de Finanzas de la zona euro para analizar el plan de ajuste y la eventual activación de la ayuda financiera internacional prometida a cambio. Esta es la primera vez en los once años de historia de la moneda única europea que uno de los miembros de la zona ha de ser salvado de la bancarrota por su incapacidad para refinanciar su deuda en los mercados internacionales.

Es previsible que los ministros comunitarios anuncien un paquete mayor de ayuda al país heleno que cubra un periodo de tres años para evitar su quiebra. Aumentarán así la asistencia de 30.000 millones de euros a la que ya se han comprometido para 2010 (y a los que el FMI sumaría otros 15.000) en un intento de calmar a los mercados y restaurar la estabilidad de la eurozona, explicaron varias fuentes diplomáticas.

Conocedores de las implicaciones del plan de austeridad, cuyo cumplimiento supervisará el FMI, alrededor de 20.000 manifestantes acudieron ayer a la convocatoria de los principales sindicatos griegos en Atenas para mostrar su rechazo a las medidas durante el Día del Trabajo.

Los sindicatos utilizaron la jornada de ayer como un ensayo general para la huelga general del próximo miércoles. Pese al carácter pacífico mayoritario de las protestas, la policía tuvo que cargar varias veces con gases lacrimógenos en Atenas y Salónica contra grupúsculos radicales que destrozaron escaparates y atacaron a los agentes con piedras y cócteles molotov.