«Conocer la complejidad del autismo es clave para su entendimiento»

'Un sueño compartido'. Es el mejor título para la película. Su protagonista, la barbateña Miriam Reyes Oliva, representa un papel que interpreta a la perfección y por el que hubiera merecido el Goya. Hace de ella misma, cuenta su historia, la de su ONG ( Aprendices Visuales); el punto de partida es el diagnóstico de su primo pequeño, que terminó por alimentar su deseo de volver a la sociedad todo lo bueno que le había dado. Entonces, Miriam decide reorientar su carrera profesional (arquitectura) y echa a correr en el camino de la solidaridad, centrándose en el desarrollo de herramientas y aplicaciones de enorme ayuda para los niños con autismo. Al final le dieron el Premio, el de la Fundación Princesa de Girona 2017

. Y eso que la película no ha hecho más que comenzar.

-El Premio Princesa de Girona, con la entrega del reconocimiento por parte de Su Majestad la Reina, Doña Letizia, habrá sido un espaldarazo tremendo a su labor. ¿Todavía en una nube?

-Los premios son una forma excelente de difundir nuestro trabajo, lo que hacemos y desarrollamos para que trabajen los niños con autismo. Y sí, esto viene fenomenal. Se dieron todas las circunstancias porque estábamos cerca de Soria presentando el documental 'Un sueño compartido' y pudimos asistir al acto. Nos enteramos allí mismo y fue muy emocionante. Uno tiene esperanzas cuando se encuentra entre los finalistas, pero no lo esperaba.

-El sentimiento primero fue de sorpresa, y luego de agradecimiento porque son muchos años de trabajo. La ONG ha cumplido ya cinco en su labor. No obstante, ya habíamos ganado con los comentarios de personas que se nos acercaron y felicitaron porque gracias a nuestras herramientos su niño, por ejemplo, había aprendido a lavarse las manos.

-Habla en plural pero el premio es a título personal.

-Sí, pero por mi trabajo en esta ONG. Además, tengo una trayectoria social desde hace ya algún tiempo. Tenía las necesidades cubiertas desde siempre y quería devolverle al mundo lo que me había dado aportando un granito de arena. Mi fin de carrera fue una escuela de música en Buskina Faso, que finalmente se construyó, y estuve de voluntaria en la Fundación Vicente Ferrer. Cuando diagnosticaron el autismo a mi primo, se me abrió la puerta para encaminar todos mis esfuerzos hacia esa senda.

La ONG Aprendices visuales

-¿En qué consiste la labor de Aprendices Visuales?

-Tenemos una línea de trabajo en la que desarrollamos cuentos para niños, utilizando pictogramas, imágenes que representan las palabras. Contamos con dos colecciones de cuentos gratuitos ( Aprendices Visuales), además de aplicaciones interactivas. Además, trabajamos mucho la sensibilización social. Si la gente conoce lo que es el autismo, lo entiende, pues todo irá mucho mejor.

-¿Es la complejidad de este trastorno su principal enemigo?

-La complejidad del TEA (trastornos del espectro autista) es que es un espectro, y por tanto muy amplio. Tiene características comunes, pero cada uno es muy diferente. Hasta ahora ha sido bastante desconocido, pero las familias comienzan a sentirse más sensibilizadas y personajes como Julia, la marioneta de Barrio Sésamo con autismo, pues facilita el trabajo. Especialmente en edad infantil, cuando el cerebro es más plástico.

-Entonces, ¿estamos en el buen camino?

-Sí, pero queda muchísimo por hacer. Desde ofrecer herramientas a los propios niños a formar a aquellos (maestros, padres) que están junto a ellos. Cada vez se sensibiliza más pero se sigue cayendo en los mismos mitos. Puede haber una persona con autismo no verbal y otro que se dedica a dar conferencias, y ambos tienen autismo. Y eso mucha gente no lo termina de entender.

-¿Como fue el encuentro con la Reina Letizia?

-Conoció allí nuestro trabajo y se mostró muy interesada. Le regalamos el cuento de 'El oledor explorador' y nos agradeció nuestra motivación.

-¿Qué supone este reconocimiento para el futuro a corto plazo?

-Ha supuesto una difusión enorme, y es clave porque nos ayuda en la sensibilización. Es un impulso grande al proyecto, y estamos super motivadas al saber que todo el esfuerzo da sus frutos.

-En Barbate ya presumen de Miriam Reyes.

-Cuando llamé a mi madre para decírselo ya lo sabía todo el pueblo. Conocen este proyecto desde que no era prácticamente nada, sólo un cuento que colgamos en internet. Pero me quedo sobre todo con las palabras que nos llegan cada día de familiares dándonos las gracias porque su hijo ha hecho algo gracias a la aplicación. Ese es nuestro salario emocional.