Un padre abraza por primera vez a su hijo
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OPERACIÓN ATALANTA

Entre reencuentros y primeros encuentros en Rota

La dotación de la fragata Victoria regresa a casa tras estar más de cinco meses y medio luchando contra la piratería

ROTA Actualizado: Guardar
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Ya se acabó la espera. Al fin se dejará de tachar días del calendario y de contar las horas que faltan para volver a sentir a un abrazo. En una de las pancartas se dejaba más que claro; han pasado 164 días o 3.936 horas. Por ello los sentimientos en el puerto de la Base Naval de Rota estaban a flor de piel. La ilusión, esa que comenzó con la primera letra que se pone para hacer el cartel de recibimiento, ya no se podía contener porque la fragata Victoria y su dotación ya se encontraban de nuevo en casa.

Javi, Miri, Morillo, Pablo, Garri, José Alberto, David, Sansa, Maka, pero sobre todo papá y mamá ya están en su hogar.

Una jornada de reencuentros, en el que el llanto por la tristeza de la partida se transforma en lágrimas de alegría. Pero no solo hubo reencuentros, sino que también primeros encuentros muy especiales, sobre todo para Moisés Garay y Paco Gómez, porque iban a sostener por primera vez a sus pequeños.

Moisés Garay nació un 14 de diciembre, mientras que Mateos Gómez llegó al mundo un 29 de diciembre. Ambos han tenido que esperar unos dos meses para poder conocer a sus padres. Por eso la emoción estaba disparada en el muelle, porque eran hijos, hermanos, padrinos, tíos, los que llegaban a tierra y lo hacían sanos y salvos.

Se acabó la distancia, los mensajes, el tiempo reducido para hablar y el no poder contar con ellos. Ahora, al menos por un tiempo, estarán en casa. Por eso hubo quien no pudo evitar bailar al ritmo de la banda, quien no pudo contener las lágrimas y quien gritaba de alegría y entusiasmo.

La fragata Victoria zarpó de la Base Naval de Rota el pasado 10 de septiembre, concluyendo de esta forma un despliegue de cinco meses y medio en el que ha participado en la operación 'Atalanta' de lucha contra la piratería frente a las costas de Somalia. Ha sido la tercera vez que el buque toma parte en esta misión que desarrolla la Fuerza Naval de la Unión Europea, tras su participación en 2009 y 2010.

FOTOS: Las imágenes de la llegada a Rota

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La fragata española ha navegado más de 20.000 millas náuticas desde que salió de Rota, la mayoría de ellas patrullando el Océano Índico o el Golfo de Adén, especialmente las zonas con mayor riesgo de piratería. Durante el despliegue ha visitado más de cuarenta embarcaciones locales, obteniendo información clave para el desarrollo de la misión. Su helicóptero, un SH-60B de la Décima Escuadrilla de Aeronaves, ha realizado más de doscientas horas de vuelo, divididas entre patrullas de superficie y misiones de inteligencia cercanas a la costa.

La Victoria también ha servido durante su despliegue como plataforma para encuentros con líderes locales y ha cooperado con fuerzas marítimas nacionales e internacionales en la zona. Desde que se integró en la misión europea la fragata española ha hecho más de 150 días de mar, visitando los puertos de Tarento y Augusta (Italia), Souda (Grecia), Yibuti, Victoria (Seychelles), Salalah y Mascate (Omán), y Dubái (EAU).

El pasado 6 de febrero, la fragata Victoria fue relevada por el buque de acción marítima Tornado como contribución de la Armada en la aportación española a la operación 'Atalanta', dando por concluido un período de integración en la Fuerza Naval de la Unión Europea en el que ningún barco ha sido asaltado por piratas.

Así que su dotación llegaba con la satisfacción de haber cumplido la misión y con los nervios de volver e ver a los suyos. Por eso no podían evitar el asomarse para buscarlos desde la embarcación mientras la remolcaban a puerto. Leyendo todas esas pancartas en las que se felicitaba el cumpleaños, se daba la bienvenida, se dejan entrever acontecimientos familiares pero sobre todo evidenciaban lo poquito que faltaba para sentir a los suyos.

El cordón de la Armada era sorteado por los familiares y amigos que ya no podían contener la espera y por mucho que loa echaran para atrás de nuevo se volvían hacia delante, porque era imposible contener ese entusiasmo, porque había sido mucho tiempo de espera. En frente otra pancarta dejaba claro que todo eso había pasado ya. "Bienvenido a casa papá. Abrazo fuerte en 3, 2, 1...ya".

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