Investigación y cultura se funden en los Premios Iberoamericanos

La Casa de Iberoamérica volvió ayer a concentrar las más altas dosis de talento de ambos lados del Atlántico en su patio central. La ceremonia de entrega de los Premios Cortes de Cádiz fue como siempre formal, pero con momentos emocionantes y reivindicativos.

Este año, eso sí, la mente y el corazón no estaban solo con los premiados, sino también con las víctimas del accidente aéreo en los Alpes franceses. El Ayuntamiento decidió mantener la ceremonia a pesar de la jornada de luto nacional en consideración a los premiados, muchos de ellos iberoamericanos y desplazados expresamente a Cádiz para el acto.

En cualquier caso, se quiso convertir la ceremonia en un acto más de homenaje a todas las víctimas y se suspendió la intervención musical que tradicionalmente cierra el acto en señal de duelo.

Teófila Martínez abrió el acto pidiendo a las muchas autoridades presentes que se pusieran en pie para guardar un respetuoso minuto de silencio. A continuación se proyectó un vídeo en el que la Escolanía María Auxiliadora entonaba un canto a la libertad.

De inmediato comenzó la ceremonia de entrega de los galardones, unos reconocimientos creados hace ya quince años en la ciudad con el objetivo de honrar la memoria de aquellos diputados que cambiaron la historia de España y del mundo con su valentía, al redactar la primera Constitución Española.

La organización del evento quiso destacar la figura de las once personas premiadas en las diez categorías existentes. «Cinco mujeres y seis hombres que contribuyen a construir un mundo más próspero, con mayores oportunidades para todos», dijo la presentadora.

Así fueron recogiendo sus premios una serie de científicos, investigadores, médicos, artistas, escritores, que, entre otras cosas, luchan porque se reconozca el papel de la mujer en un mundo tan competitivo como es la ingeniería, que buscan una cura para el cáncer, que dan voz a los desaparecidos, que trabajan por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en las más altas esferas de poder y responsabilidad o que demuestran que con la literatura se pueden reinventar los sueños.

No todos pudieron estar presentes. El doctor Alfredo Quiñones Hinojosa, ganador del premio de Cirugía ‘Pedro Virgili’, no pudo viajar. Aun así estuvo presente mediante un vídeo en el que no solo dejó patente su agradecimiento, sino que expuso algunas líneas sobre su valiosa investigación para hallar una cura para el cáncer. Un triunfador que empezó trabajando en los campos de California como inmigrante ilegal y llegó a graduarse con honores en la Universidad de Harvard.

El del doctor Quiñones es un ejemplo de la excelencia concentrada ayer en los pocos metros cuadrados de la Casa de Iberoamérica. Otro ejemplo de excepción del espíritu de estos premios los mostraron los ganadores del premio de Diseño, una chilena y un gaditano, Christine Schlack y Pablo Santos, que han sabido unir el talento de dos continentes para realizar un trabajo tan vinculado a esta ciudad como es ‘Piriñaca’, un proyecto en el que se trata de visualizar la identidad inmaterial de Cádiz y hacerla accesible a todo el mundo.

Todos los premiados, en definitiva, demostraron el talento y el trabajo que les ha traído hasta Cádiz como adalides del futuro de una comunidad de casi seiscientos millones de personas que se comunican y progresan hablando en español y portugués. Coincidieron en la importancia de la educación como base del éxito no solo profesional, sino también personal.

Hubo mucha emoción entre los premiados, mucho orgullo y muchas menciones a la importancia y el placer de recoger este galardón en la ciudad de Cádiz. También recuerdos a familiares, mentores y compañeros.

La ceremonia estuvo presidida por el secretario para la Cooperación Iberoamericana, Salvador Arriola, por la ausencia obligada por motivos personales de última hora de la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan. Se refirió en su discurso, y en nombre de Grynspan, de la importancia de estar en la Casa de Iberoamérica en un acto que representa «el presente, pasado y futuro de la comunidad iberoamericana».

Habló de la importancia de Cádiz a lo largo de la historia, «clave en el pensamiento liberal y su proyección al mundo con la Constitución de 1812. Y cuna de personalidades de los más distintos campos. La comunidad iberoamericana está siempre en deuda con esta entrañable tierra y su gente», dijo.

Cerró el acto la alcaldesa de Cádiz, que agradeció el esfuerzo de todos los premiados. «Nos serviréis de referentes en una sociedad que tan falta está de referentes en conocimiento y en compromiso», dijo.

Martínez destacó la importancia adquirida por estos galardones, aunque «han tenido que pasar catorce años para ver que no andábamos desencaminados». Además, defendió su independencia, y la de los países iberoamericanos, que, como la nación español, «no puede ser patrimonio de ninguna familia. Hoy diríamos de ningún partido político».