ROTA

El cuento de la lechera americana

Los roteños esperan un maná que no llega para todos con un par de buques antimisiles

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En Rota llevan preparándose dos años para la llega de los cuatro buques que formarán el escudo antimisiles de EE UU. Ya llegó el primer reemplazo en febrero con unos 1.300 soldados, funcionarios del Gobierno americano y familiares, que apenas han incrementado la vida en la ciudad. Ahora se espera que cuando el segundo buque atraque en Rota en junio comience a notarse cierta alegría añadida en los negocios de la zona, ampliándose el radio de influencia desde el centro de la localidad hasta los límites de Vistahermosa e incluso Jerez. En esta última ciudad ya han comenzado a firmarse contratos con alojamientos hoteleros de elevada calidad para albergar al segundo reemplazo. La mejoría se espera especialmente en los negocios inmobiliarios y hosteleros. Desde las agencias inmobiliarias, las que deberían notar antes la benéfica invasión norteamericana, apuntan que aún no han experimentado ningún aumento de la demanda. Las empresas de Vistahermosa remiten a las de Rota, y viceversa. Desde la agencia 5as Profesionales de El Puerto apuntan que el único beneficio destacable es el estancamiento del precio de los alquileres, mientras que en otras localidades (en la mayoría del país) ha caído vertiginosamente. Subrayan también que hay que tener en cuenta que la mayoría del destacamento está constituido por tropa, con un menor poder adquisitivo que los mandos, y que estos militares de base son jóvenes «que prefieren alquilar en el centro de Rota, para vivir realmente el ambiente de la ciudad».

El director de Rotafinca, Juan Izquierdo, apunta que hasta ahora «hemos tenido mucho ruido y pocas nueces», aunque reconoce que la información de la mayoría de las viviendas que él alquila forman parte de la base de datos interna de la Base Naval, «desde donde está canalizada toda la información sobre alquileres en la zona». Asegura que sigue firmando el mismo número de contratos con americanos que siempre;unos dos al mes. «Espero que el negocio aumente a partir de junio», concluye Izquierdo. Pero este veterano del negocio también subraya que estos reemplazos también pasarán, «puesto que como mucho estarán aquí tres años, después los destinan a otros sitios y la mayoría prefiere vivir en el interior de la Base Naval, lo que ocurre es que ahora están de reformas y han reducido las plazas, pero cuando llegue el segundo buque ésta ampliación estará finalizada», concluye Juan Izquierdo.

Las agencias consultadas apuntan a que los americanos prefieren vivir en zonas muy pobladas, con bastante vida social, no en urbanizaciones «casi fantasma» como Costa Ballena. Porque el que sale de la Base Naval para alquilar fuera «lo hace para conocer la cultura española, que sus hijos aprendan el idioma», apunta el empresario roteño.

En los negocios hosteleros sí que ha llegado el aumento de americanos en la Base. La localidad se adaptó desde hace años a los gustos americanos. En un simple paseo se observa que abundan los restaurantes italianos, asiáticos y argentinos (sobre todo de barbacoas y carnes a la brasa). «Estos establecimientos y los pubs para jóvenes, sí que han empezado a prosperar», concluye Izquierdo.