industria

Altadis consuma el cerrojazo de la planta de Cádiz y comienza su desmantelamiento

La compañía clausura este mes el almacén y se da de plazo hasta abril para el desalojo y venta de la maquinaria

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La dirección de la planta gaditana de Altadis ha iniciado los preparativos para el cierre definitivo de las instalaciones. Los dueños de la tabaquera, la multinacional inglesa de Imperial Tobacco, anunciaron el pasado junio que la planta gaditana no entraba dentro de sus planes de futuro por razones estratégicas. De esta forma se ponía el punto y final a 270 años de producción de tabaco en la Bahía. Este periódico ha podido saber que el almacén, única nave que permanecía operativa desde que se certificó la defunción de la planta, también ha dejado de funcionar como depósito. A partir de ahora, Imperial Tobacco se da cuatro meses de plazo, hasta abril, para desalojar y vender la maquinaria. Su intención, desde luego, es vender el terreno al mejor postor pero, de momento, ningún inversor se ha interesado por este complejo industrial que ocupa 140.000 metros cuadrados en la entrada a Cádiz por el puente Carranza. Precisamente, los 40.000 metros cuadrados que alberga el depósito de tabaco es propiedad del Consorcio de Zona Franca, cedido en régimen de alquiler a la tabaquera, mientras que la titularidad del resto de la parcela es de la multinacional. Distintas fuentes consultadas por LA VOZ han confirmado que nadie se ha interesado por su compra. El uso del suelo es industrial y el Ayuntamiento gaditano, así lo recoge el nuevo plan urbano, adelantó en su momento que no recalificaría ni un metro cuadrado de esta finca. Es decir, se mantiene el uso industrial de los mismos.

Estrategia empresarial

Altadis puso en marcha el pasado verano un plan de reorganización que incluyó el cierre de la planta de Cádiz y la salida ordenada de 114 trabajadores de sus factorías españolas, el 8,1% de la plantilla, integrada por cerca de 1.400 empleados en toda España. Imperial Tobacco se queda en nuestro país con las plantas de Santander y Logroño tras el cierre de la de Cádiz. Desde 2009, Imperial Tobacco ha cerrado tres plantas en España: Alicante, Palazuelos (Cáceres) y Cádiz. El motivo de la nueva vuelta de tuerca no es otro, según la multinacional, que la «compleja» situación que atraviesa el mercado de tabaco en España, que ha sufrido una caída de ventas en volúmenes de cigarrillos de más del 40% en los últimos cuatros años. El plan que anunció la empresa para Cádiz el pasado junio destacaba el cierre de las áreas de márketing y ventas y servicios centrales a nivel nacional, y el cese definitivo de la actividad en la planta de Cádiz. Afectando con esta decisión a sus 76 trabajadores. El comité de empresa gaditano se pasó dos meses negociando el despido y logró que 6 trabajadores fueran trasladados a las plantas abiertas, mientras que dos más se pudieran acoger a los beneficios de las prejubilaciones gracias al acuerdo tácito de mantener hasta abril los trabajos de desalojo y desmantelamiento.

Nuevo centro en Polonia

La estrategia emprendida por la compañía persigue incrementar la eficiencia y competitividad de la empresa en el actual entorno económico. La tabaquera achacó las decisiones drásticas al descenso de ventas y, fundamentalmente, a la influencia de dos factores que se han agravado en los últimos cuatro años: la presión regulatoria sobre el tabaco y el considerable aumento del comercio ilícito provocado en gran medida por la situación de crisis económica.

No obstante, la multinacional inauguró de forma oficial el pasado abril uno de los mayores centros logísticos de producción, distribución y venta de tabaco en la localidad polaca de Tarnovo. Esta planta, con una mano de obra más barata que la del resto de Europa, es la que se encarga ahora de elaborar todas las variedades que se desarrollaban, por ejemplo, en Cádiz. Al mismo tiempo, está situada en el centro neurálgico del viejo continente donde más tabaco se consume, como son los países del Este.

Imperial Tobacco se hizo con la tabaquera Altadis en 2008 y justo al año siguiente de su compra presentó un ambicioso plan de reorganización de sus plantas. La reestructuración impuesta por los nuevos gestores obligó a cerrar la factoría de Alicante, a concentrar la actividad en las de Logroño y Santander, y recortar las líneas de producción en las de Cádiz y Palazuelos (Cáceres). En el caso de la factoría extremeña, la agonía duró un año y parte de sus trabajadores fueron recolocados en la de Cádiz. La planta gaditana sufrió un ERE en 2009 que afectó a 223 trabajadores y vio como en un año también se cerraron dos de sus tres líneas de producción: la de tabaco reconstituido y la de preparación de liga. Solo quedó abierta la línea de tabaco expandido y los almacenes

Los trabajadores gaditanos sabían que los planes de reconversión que presentó Imperial Tobacco en 2009 eran la crónica de una muerte anunciada para la planta de Cádiz. Es decir, si primero cerró la de Alicante y luego la de Palazuelos, la tercera en caer sería la gaditana. Los acontecimientos se aceleraron tras la apertura el pasado abril del complejo de Tarnovo. Imperial Tobacco ha desplazado sus intereses a los países emergentes de la Unión Europea, donde los costes laborales son más bajos. Altadis ya es pasado en Cádiz.