cultura

Recuerdo a la Lola Flores del cine

Una exposición sobre la artista jerezana celebra los 25 años del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco

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El Centro Andaluz de Documentación del Flamenco celebra su 25 aniversario con la muestra 'Lola Flores en el cine', un recorrido por una de las muchas facetas artísticas en las que "La Faraona", que participó en casi cuarenta filmes, dejó su imborrable huella. Con esta muestra, el mayor centro de documentación del flamenco del mundo, con 40.490 fondos registrados y custodiados en el Palacio Pemartín de Jerez de la Frontera, quiere conmemorar también que Lola Flores, que nació en esta ciudad en 1923, habría cumplido este año 90 años.

"Ella hizo de todo porque tenía capacidad para todo, pero siempre reclamó que se le reconociera más su faceta de actriz, incluso se comparó con la actriz italiana Anna Magnani", cuenta a Efe Ana Tenorio, documentalista del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco que ha preparado la muestra que se inaugura hoy y estará abierta al público hasta el 7 de julio.

Ocho revistas cinematográficas dedicadas a ella y editadas entre 1954 y 1961, veintidós programas de mano, veinticinco fotos de rodajes, once carteles de cine y seis folletos publicitarios forman parte de "Lola Flores en el cine", una muestra en la que no faltan un disco sencillo de la banda sonora de la película "Casa Flora" y un disco de pizarra con la grabación del tema de la película "Pena, penita, pena". Todos estos materiales, muchos de ellos donados por el coleccionista jerezano José Luis Jiménez García, recorren la vida cinematográfica de Lola Flores, que se inició en Madrid, cuando fue contratada para cantar una copla en la que sería su primera película, "Martingala", de Fernando Mignoni.

Entre 1939 y 1992, cuando tres años antes de su muerte rodó la película documental "Sevillanas" de Carlos Saura, Lola Flores participó en 38 películas. Y con ellas también se consagró como una estrella internacional, sobre todo después de firmar en 1951 un contrato en exclusiva con el productor Cesáreo González por seis millones de pesetas, una cifra astronómica para la época.

Con este contrato llegó a rodar dieciocho películas, algunas coproducciones con México. Aunque buena parte de su trayectoria cinematográfica está anclada en el folclore, Lola Flores, que alternaba el cine con sus espectáculos en directo y sus grabaciones discográficas, se atrevió a otro tipo de aventuras, especialmente al final de su carrera cuando participó en largometrajes como "El asesino no está solo", "Truhanes", "Los Invitados" e incluso en intentos de acercamiento a las vanguardias como "Embrujo", una de las que rodó con Manolo Caracol.

"Lola Flores en el cine" es la primera de una serie de muestras con las que el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco quiere abrir sus puertas y mostrar algunos de sus tesoros para celebrar el 25 aniversario de su sede, el Palacio de Pemartín. Un palacio que está calificado como Bien de Interés Cultural y vinculado al barrio de Santiago de Jerez de la Frontera, considerado como una de los focos flamencos más importantes de Andalucía.

El Palacio, que fue la residencia de una familia, fue inaugurado el 7 de mayo de 1988 primero como sede de la Fundación Andaluza de Flamenco, para después pasar, en 1993, a tener su nombre actual y convertirse en una referencia internacional para los investigadores y amantes del arte jondo.

Es, según la Junta de Andalucía, el mayor centro de documentación del flamenco del mundo ya que tiene registrados 40.490 fondos reales de todo tipo entre monografías, partituras, material gráfico (folletos, fotografías, carteles, postales), una fonoteca con 20.101 registros y una videoteca con 1.919.

El Centro ofrece acceso libre y gratuito al público y la posibilidad de consultar sus materiales en la red de bibliotecas provinciales de la Junta de Andalucía y además trabaja en la digitalización de sus documentos, un formato en el que ya están 16.752 elementos.

"Guardamos todo lo que ha generado el flamenco en dos siglos, vamos recuperando cosas antiguas y adquiriendo lo que va saliendo nuevo. Es una tarea no tiene fin", señala la documentalista del centro.