El dedo en la llaga de la educación

La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, puso ayer el dedo en la llaga al afirmar que la principal causa por la que la provincia de Cádiz ostenta la mayor tasa de paro de España, al igual que Andalucía en el ránking autonómico, es el elevado índice de fracaso escolar. O lo que es lo mismo, la escasa preparación de los gaditanos. En esa misma línea se pronunció hace pocos días el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, haciendo referencia a Sanlúcar, aunque posteriormente se disculpó con su alcaldesa, Irene García.

Sin embargo, es evidente que ni a uno ni a otro les falta razón. Cuando el nivel de fracaso escolar sacude al 37% de los estudiantes, es evidente que el mercado laboral se ha de resentir. En Cádiz nos falta preparación y eso está pasando factura.

Este factor, unido a otros como el elevado nivel salarial de la provincia en las últimas décadas merced a la actividad industrial, hace que ahora sea más complicado remontar el vuelo que en otras provincias.

Las palabras de la alcaldesa de Cádiz dan para un análisis profundo y, de hecho, las administraciones deberían trabajar en común en esa dirección. Es necesario analizar qué se ha hecho mal y empezar a dar pasos para cambiar esta tendencia. Son tres décadas en las que la educación de los andaluces ha estado en manos siempre de los distintos gobiernos socialistas, que no han sabido sacar a Andalucía del pozo educativo en el que se encuentra inmerso.

Más allá de que hayan despilfarrado el dinero en la época de bonanza regalando ordenadores o que hayan llevado a cabo lamentables políticas de matriculación, se trata de un fracaso de concepto, de planteamiento. Simplemente no han sabido motivar a los jóvenes para que obtengan una buena preparación. Y de esos barros vienen ahora estos lodos.