dia a día

El Maratón de las Arenas visto por Julio Becerra

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Miércoles 05 de Abril de 2.012

00.01 Horas.

Estas son horas inciertas, horas en las que una sombra se cierne sobre el que sabe a dónde va. Los paracaidistas tienen un dicho: “segundo salto es peor que el primero, el tercero aún peor”. Sé dónde voy. El desierto te quita y te da. El desierto es una metáfora de la vida, en él se nace, se crece, se llega a la edad adulta, a la ancianidad y, por último, se muere.

Al principio todo es nervio y ansia, la adrenalina, las ganas de que todo empiece; la primera etapa donde las fuerzas están intactas, luego llega el crecimiento, cuando te vas vaciando, poco a poco tus fuerzas se van debilitando y no por ello te sientes peor, es el milagro de lo imposible, te vacías, te desfondas y sigues adelante; luego llega la etapa en la que todos tenemos los ojos puestos, ochenta y cinco kilómetros son demasiados kilómetros en cualquier circunstancia pero cuando ya has hecho tres etapas y más de 100 kilómetros de desierto…después de esa etapa te ocurre algo extraño, algo paradójico, te das cuenta que estás sin fuerzas pero ya ha pasado lo peor; eso no hace menos dura la etapa en la que eres un anciano, tienes que recorrer 42 kilómetros. Por último llega, si los dioses de las arenas han sido propicios, la última etapa en la que se muere. Se llega al fin, pero como dice una vieja canción, el final es siempre el principio.

En este día en el que velo armas junto a mis Hermanos del desierto quiero mencionar a quien será mi estandarte, mi enseña que enarbolaré con orgullo. Mi Hermano Ricardo al que me gusta llamar Corazón de León. Lucha contra su enfermedad desde hace unos años, en el 2008 corrí con su enseña, desgraciadamente este año vuelvo a hacerlo. Llevo su bandera. Le pedí que me hiciera algo para llevar, para estrecharlo contra mi pecho en las horas inciertas donde todo se vuelve en tu contra. Me entregó una bandera que llevaré orgulloso en ella reza un lema que, desde hoy llevaré en mi corazón: “Si yo lucho por uno de mis sueños tú tienes que luchar por los tuyos” y luego mi lema ¡QUIEN RESISTE VENCE!.

Son muchos los Hermanos que me apoyan, muchos los corredores invisibles que me empujarán en las subidas, en los lagos secos de sal, en la interminables dunas, en la noche hermosa y temible donde lloras de cansancio.

Son muchos los Hermanos que sienten como suya mi caminata por el desierto, hablo en primera persona porque estas son unas letras íntimas, personales y llenas de pasión.

Quiero ilustrar la valía de mis Hermanos con un ejemplo. Antonio uno de los fundadores de los legendarios Últimos Susmurais hará en Málaga los mismos kilómetros que hagamos nosotros. ¿Se puede mandar más energía, se puede ser más arrojado que hacer eso en solitario?.

El desierto te da mucho, a mí me ha dado muchos Hermanos que me enseñan en verdadero sentido del valor, coraje, compañerismo y lealtad. Si el desierto ha de quitarme algo por tener ese privilegio que así sea.

San Fernando, Cádiz, 05 de Abril de 2.012