iniciativa

Muestras de cariño bajo el objetivo

Dos gaditanas iniciaron ayer en el centro de Jerez su peculiar proyecto de captar la mayor colección de fotografías de besos de mundo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

. «En estos tiempos tan complicados en los que apenas hay buenas noticias, no está de más que tratemos de transmitir cariño, ternura y todos los sentimientos que se pueden captar en el momento mágico de un beso. Es un mensaje al mundo». Con la misma pasión que algunos pusieron después a la hora de posar para el proyecto de Colección de Besos describía ayer Cristina Sierra, una de las artífices de esta iniciativa, este reto que inició ayer en plena calle Larga de Jerez junto a la fotógrafa Virginia Marín y que tratará de captar desde ahora y hasta al día 12 de diciembre de este año nada menos que 2012 fotografías de besos, una simbólica cifra que no de forma casual recuerda al Bicentenario de Cádiz.

La idea es lograr un récord mundial con este conjunto de instantáneas en blanco y negro que se podrán visualizar después de cada evento (tienen previsto celebrar, cómo no, 12 por todo el país) en la web www.colecciondebesos.com, y que después de Jerez visitará escenarios como el Carnaval de Cádiz, pueblos como Torre Alháquime o ciudades como Sevilla o Madrid.

Sierra explicaba ayer, mientras su compañera no dejaba de disparar su cámara a todos los que quisieron posar para ella, que además de esta colección artística que Marín va creando foto a foto, quienes quieran pueden «regalar» sus besos al proyecto enviando una instantánea por correo electrónico, Facebook o Twitter. También abría las puertas de los colectivos y ONG de cada ciudad que visitarán, porque con su iniciativa se ofrecen a colaborar con fines solidarios o de voluntariado.

Sea por lo que sea, tal vez porque en esta época aciaga a nadie la amarga un poco de cariño, lo cierto es que ayer por el improvisado estudio pasaron parejas de todo tipo y edades, amorosos padres con sus bebés, grupos de amigas que aprovecharon la hora del desayuno para retratarse juntas, gays con ganas de reivindicar su amor, tríos de hermanas que celebraban un reencuentro y que no desaprovecharon la oportunidad de captar ese momento juntas, señoras con sus mascotas, escritores con su primera obra, vendedores ambulantes africanos y hasta algunos desconocidos –como una viuda y un elegante madurito– que no dudaron en lanzarse a posar de forma más o menos casta ante el objetivo. Todos fueron pasando con su número bien visible y siendo conscientes de que ya son parte de esta bonita historia.