toros

José Mauricio cortó una oreja en la Monumental Plaza México

Mauricio alternó con su compatriota Fermín Rivera y el español Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea", que fueron ovacionados desde el tercio

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El joven diestro mexicano José Mauricio brilló con gran altura y cortó la única oreja concedida en la corrida celebrada hoy en la Monumental Plaza México.

Mauricio alternó con su compatriota Fermín Rivera y el español Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea", que fueron ovacionados desde el tercio.

Con cielo despejado en tarde en que sopló el viento en los cinco primero toros y se aplacó en los dos últimos y ante una entrada de unas siete mil personas, se lidiaron siete toros , uno de regalo, del hierro de La Estancia, bien presentados y en que hubo de todo.

Soso y sin chispa el primero, deslucido el segundo, con peligro el tercero, manso y bueno para el torero el cuarto, muy malo el quinto, magnífico el sexto, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, y vuelta con el pequeño hijo del ganadero Alejandro Martínez Vértiz. Y el séptimo que se dejó pero con pocos pases.

"El Capea" ha estado bien, aunque un poco acartonado. En su primero, soso, le dio pases sin calar en el ánimo del público. Mató pronto y se silenció su labor.

Al cuarto el torero salmantino le hizo una faena que fue de menos a más, pero un pinchazo hizo perder un trofeo, petición con salida al tercio con fuerza. Con el séptimo mejor aún con capote y muleta, tenía pocos pases y la faena vino a menos como el toro y perdió velocidad. Pinchazo y estocada. Aplausos.

Rivera, que en su anterior salida tuvo gran actuación, esta tarde le tocó un lote infame. En su primero dejó ver su clase y deseos. Mató de estocada, petición de oreja y salida al tercio con mucha fuerza. Con el quinto, el peor del encierro, estuvo valiente y mató pronto. Aplausos con aviso.

José Mauricio se la jugó de verdad con el peligroso tercero al que le realizó una faena de un profundo mérito. Concluyó de estocada y fue premiado con una oreja.

Al sexto le armó la grande, faena con ritmo, relajado, valiente, entendiendo al toro a las mil maravillas. El público entregado. Citó a recibir y pinchó en lo alto. Una lástima porque hubiese cortado los máximos trofeos. Otros dos pinchazos, estocada y tres descabellos, aviso. Vuelta al ruedo con división de opiniones.

Los tres diestros fueron aplaudidos al abandonar el ruedo.