La madre de María José Campanario dice que no sabía que su hija pagó a Carretero

Remedios Torres, la madre de María José Campanario, declaró esta mañana en la sexta sesión del juicio de la 'operación Karlos' por la supuesta estafa a la Seguridad Social y ratificó lo que un día antes había declarado su hija: ha confirmado que no intentaba obtener una pensión de incapacidad permanente, sino la revisión de su minusvalía. También rechazó que haber estado al tanto de que Carlos Carretero, el cabecilla de la trama, la contrató en falso en una de sus empresas para darla de alta en la Seguridad Social. Es más, ha asegurado que si lo llega a saber "le hubiera dicho que no".

La acusada admitió que firmó algunos papeles, "pero no sabía que eran, creía que eran autorizaciones". El fiscal sostiene que podría tratarse del contrato como limpiadora en una empresa de Carretero, pero cuando esta mañana le ha enseñado ese documento, Remedios ha negado que la rúbrica con su nombre fuera suya. "Esa no es mi firma, ni mi letra". "Pues se parecen mucho", le ha contestado el fiscal.

Remedios Torres, para la que el fiscal pide una pena de cuatro años y medio de prisión, también ha recordado que nunca supo que su hija pagó dinero a Carretero por los trámites de la minusvalía. Según ella, "creía que era un favor gratuito que le hacía José Luis López", 'El Turronero', amigo de la familia de Jesulín en Ubrique y el intermediario entre Campanario y la supuesta trama. "Supongo que no me dijo nada para que no me sintiera mal".

El fiscal también le ha recordado una llamada entre ella y Carretero, en la que este le dice que "no tiene que venir" de Castellón para hacerse una prueba, que ya "lo ha arreglado". Remedios explicó a ella que lo que entendió era que "se aplazaría" esa prueba. En realidad, el arreglo consistía en suplantar a Remedios con la madre de Elisa Calvente en el hospital Puerta del Mar.

Ayer no la acompañaba su hija, pero sí su yerno Jesulín de Ubrique, sentado entre el público. El tribunal ha permitido a María José Campanario a que no asistiera hoy al juicio por "razones docentes" e "ineludibles" en Madrid. Su ausencia se ha dejado notar en un menor número de público a las puertas y menos medios de comunicación.

La sala, además, estaba casi vacía, pues a 16 de los 25 acusados, que han llegado a acuerdo con el fiscal, se les ha disculpado también su asistencia al resto de sesiones.

El juicio ha concluido tras la declaración del doctor Rufino Mondéjar y su mujer, María Dolores García, que también es médico. Ambos han confirmado que Casto Pérez, el inspector médico, les pidió como favor que valoraran a Miguel Ángel Fernández, un comercial de Valencia que pagó a Carretero 26.000 euros por la obtención de una pensión de invalidez. "Yo lo vi fatal, le recomendé que no cogiera el coche por su seguridad y la de los demás, que se quedara en su casa", aseguró Dolores. Sin embargo, ese paciente almorzó horas después de la consulta con Dom Perignon en un restaurante de El Puerto con Casto, Carretero y con Rufino Mondéjar. La comida costó 600 euros y los pagó el paciente.