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La duquesa de Alba no se reconoce

Arremete contra la tv-movie de Telecinco, que en su segunda parte se ha estrellado también con la audiencia

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Que hablen de mí, aunque sea mal. Jamás ha sido esta la máxima de la duquesa de Alba. Todo lo contrario. Si van a hablar de mí, que hablen bien, o al menos que cuenten la verdad. Sin morderse la lengua, Cayetana de Alba calificaba hace unos días de «mierda» y «mentira» el libro que ha escrito Manuel Vicent sobre el matrimonio de la aristócrata con Jesús Aguirre. Y ayer arremetía contra la recreación televisiva que ha hecho Telecinco. Se queja de que la han pintado como una «mujer tiesa y ridícula» que no se corresponde con la realidad. No le gustó la tv-movie a la duquesa... ni a la audiencia. La ficción de Telecinco se quedó con un paupérrimo ‘share’ del 8% y 1,6 millones de espectadores, unos números demasiado escasos para las expectativas que se habían puesto en este título. Y que parecen aún más pequeños comparados con los 4 y 3 millones largos que cosecharon el lunes a la misma hora de la noche ‘El Barco’ (Antena 3) y ‘La República’ (TVE), respectivamente.

El batacazo sorprende más porque ‘La Duquesa’ llegaba a la parrilla con garantías. El año pasado se emitieron los dos primeros capítulos de esta miniserie (protagonizada por Irene Visedo y Adriana Ozores) y los 4,2 millones de espectadores que la vieron entonces convirtieron a la tv-movie en la más vista de la cadena. Con estas credenciales, se animaron a hacer otros dos episodios –era la primera vez que se daba continuidad a una miniserie–, pero se han dejado tres cuartas parte de los seguidores por el camino. El fracaso de audiencia se ha hecho más llamativo por las críticas de la propia duquesa hacia la serie. En declaraciones a la periodista Beatriz Cortázar, de ‘ABC’, Cayetana advierte que está «enfadadísima». «Nos presentan como un matrimonio que solo estamos en fiestas, cuando todo el mundo sabe que las odio y solo acudo a los actos que tengo compromiso. A Jesús lo ponen de ogro, de idiota y simple cuando fue un hombre con un sentido del humor extraordinario y una persona muy inteligente».

Ella tampoco se reconoce en el papel que hace Adriana Ozores: «Hacen que parezca una mujer tiesa cuando todo el mundo que me conoce sabe que soy la sencillez personificada». Y aunque sus hijos no han dicho esta boca es mía, tampoco parece que se hayan visto bien en la tele: «Jamás en mi vida he dado una bofetada a un hijo mío (...) A mi hijo Carlos le gustaba desayunar con Jesús porque le divertían las cosas que contaba», recuerda Cayetana en declaraciones a Cortázar.

«Cosas que chirríen»

En una entrevista concedida hace unos días a este periódico, Adriana Ozores no las tenía todas consigo: «Habrá cosas que le chirríen, pero nuestro deseo es que le agrade» y reconocía que de la primera parte –emitida hace un año– «hubo algún detalle que no le pareció que se acercara a la realidad». Esta vez han sido varios ‘detalles’ los que han desvirtuado la historia: «No es cierto que cuando me casé con Jesús Aguirre la aristocracia no acudiera a mis cenas, puesto que a mi casa han venido a comer hasta los reyes. Y a la boda acudieron las infantas Doña Pilar y Doña Margarita», le insiste Cayetana de Alba a Cortázar.

Con estos dos últimos capítulos de la miniserie –se ha emitido solo uno y el siguiente, probablemente, se podrá ver la siguiente semana– querían «dignificar al ser humano, con sus grandezas y sus carencias». Pero no se ve Cayetana ‘grande’ en la tele, es que ni siquiera se reconoce.