FOTOS Así fue el estreno de musical Chicago en Jerez
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«El público debe ir dispuesto a dejarse soprender»

El musical despliega desde ayer toda su magia en el Teatro Villamarta, donde tiene previstas siete funciones en cuatro días

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Después de varios meses anunciando que la ciudad sería tomada por el ritmo y el argumento trepidante de ‘Chicago’, por fin ha llegado el día. El Teatro Villamarta cogió ayer la primera función del esperado musical y el espectáculo no parará hasta el domingo, cuando se completen las siete funciones previstas para la ciudad. La expectación ha sido tal que la compañía tuvo que ampliar su estancia en la ciudad para que nadie se quede sin disfrutar de la obra.

Manuel Rodríguez encarna el papel protagonista masculino, el abogado Billy Flyn, un personaje que combina dramatismo y colorido. Lo principal para disfrutar del musical, según el actor, «es que el público vaya dispuesto a dejarse sorprender».

–¿Qué tiene en común el personaje del abogado Billy Flyn con Manuel Rodríguez?

–Creo que el afán de supervivencia. Es un personaje que en época de crisis utiliza lo que tiene a su alrededor para sobrevivir. Eso sí, él tiene bastantes menos escrúpulos que yo como persona, pero lo que utiliza son trampas legales para defender a sus clientes, no miente ni comete delitos.

–¿Qué aporta el personaje?

–Un colorido importante, que desde el principio hasta el final está variando. Va desde lo más dramático hasta la parte de divertimento en la que coparticipa con los demás en el juicio. Montan una historia que no es real pero que tampoco es mentira del todo. Es muy divertido. Tiene partes cantadas y mucho texto.

–¿Por qué cree que ‘Chicago’ es especial, diferente a los demás?

–Primero, por la dramaturgia, por la historia que tiene, la gente se engancha de principio a fin. También tiene una coreografía maravillosa. Es un musical muy completo y de los más elegantes que hay.

–La puesta en escena del musical en Jerez ha despertado mucha expectación, ¿los actores están acostumbrados a esa sensación de ser muy esperados?

–Hasta ahora la gira ha ido bien, hemos llenado en todas partes aunque el público empezó un poco frío. Lo que sí es verdad es que funciona mucho el boca a boca porque las últimas funciones siempre están llenas. Eso significa que la gente sale contenta del espectáculo.

–¿Esa expectación os provoca más presión a la hora de trabajar?

–Creo que no, que incluso menos, porque sabes que es un producto que funciona. Cuanto más a gusto está el público, más a gusto estás tú. Nunca hay dos funciones iguales porque el público tiene una parte muy activa, reacciona o no. El público debe meterse en su papel de público y en nuestro caso se mete siempre. Eso ayuda mucho y no da presión. Sabemos que llevamos un éxito en el bolsillo y cuanto mejor se pasa en el escenario, más agradable es trabajar.

–¿Qué debe o tiene que saber el público que va a ver el musical?

–Yo siempre digo que es una historia y una obra de teatro con canciones, principalmente, en la primera parte. Hay que estar atento a lo que cuenta, y sobre todo, estar dispuesto a dejarse sorprender y a escuchar buena música.

–A veces los currículos de los actores deparan alguna sorpresa, la suya es que es licenciado en Psicología. ¿Le ayuda la psicología como actor?

–Lo que ayuda para ser actor es ser persona. Me ayudó en su momento porque cuando estudiaba esa carrera en el Universidad Autónoma me matriculé también en Arte Dramático. La psicología me ha dado cierta estabilidad necesaria en esta profesión. Cuando terminé Arte Dramático me puse a trabajar en teatro y lo dejé durante seis meses para terminar la carrera, especializándome en drogodependencias. He ejercido como psicólogo.

–Volviendo a ‘Chicago’, hace algunos años se habló de un resurgir del género musical. ¿Sigue siendo una moda pasajera o se ha consolidado?

–El primer musical que hice fue en el año 92, ‘Los Miserables’. Pero fue a partir del 2004 cuando no ha parado, no es una moda. Es un género que no había calado en España por la cuestión económica. Fue hace cuatro o cinco años cuando se dieron cuenta de que se podía encontrar la fórmula de salir de la Gran Vía y hacer giras. Ahora hay una maquinaria impresionante de técnicos que montan y desmontan escenarios constantemente.