El milagro de la placenta de yegua

Dicen los papeles que Belgrado ha sido arrasada más de cincuenta veces a lo largo de su historia y que siempre ha sabido renacer de sus cenizas. No es una metáfora. La ciudad blanca ha sufrido y resistido las invasiones de hunos, ávaros, búlgaros, turcos, austrohúngaros, alemanes... Fue saqueada y quemada, la última vez en 1999, con los bombardeos de la OTAN. Pues bien, es justo lo que buscan en la capital serbia futbolistas de la talla de Lampard, Van Persie, Benajoun, Riera, Fabio Aurelio, Glen Johnson y ahora Iván de la Peña. Un milagro. Con nombre y apellidos: Marijana Kovacevic, una misteriosa mujer que 'cura' las lesiones musculares e incluso roturas de ligamentos con placenta de yegua en unos plazos inasumibles para la medicina convencional. Un maná para los profesionales del balón.

Nadie sabe dónde trabaja y pocos conocen su aspecto. Suele recibir en tres o cuatro consultas 'francas' repartidas por toda la ciudad y el Ministerio de Sanidad ya ha abierto una investigación para examinar los métodos de la curandera Kovacevic. Los deportistas rechazan colaborar con la Policía y la administración. Si hablan de ella es para alabar sus 'geles mágicos' que, según comentan, han salvado más de una carrera.

El nombre de Marijana Kovacevic ha trascendido en los últimos meses por sus famosos clientes. Incluso Rafa Benítez, entrenador del Liverpool, reconoció que varios de sus hombres han viajado a Belgrado para ponerse en manos de la 'druida' serbia. «La gente ha hablado de este tratamiento especial y es cierto. Hemos tenido un montón de informes de futbolistas internacionales, por lo que decidimos enviar a algunos jugadores», manifestó en alusión a Benajoun, Riera, Fabio Aurelio y Johnson.

Antes de que se diera a conocer por tratar a 'cracks' como Frank Lampard y Robin van Persie, nombres de repercusión mundial, Kovacevic también atendió a varios baloncestistas serbios. Entre ellos, a Milan Gurovic, ex jugador del Barcelona y DKV Joventut. «Es una maga. Estuve con ella por un esguince de tobillo en la temporada 2006-2007 -entonces militaba en el Estrella Roja-. El 80% de los ligamentos estaba roto y me dijeron que tenía para tres meses. Fui a verla y, después de tres sesiones, ya estaba en la pista. Me aplicó cremas y geles, aunque no sabía de qué eran».

De placenta de yegua. Ese es el ingrediente básico con el que, supuestamente, trabaja Kovacevic. Combina sus derivados con la corriente eléctrica y, a través de unas placas inductoras, aplica el preparado en la zona dañada. De ella se sabe que es licenciada en Farmacia, que había trabajado en una botica belgradense y que estaba casada con un famoso ortopeda de la ciudad. Ahora, sin embargo, está separada y ha iniciado una relación con un hombre de negocios vinculado a las apuestas deportivas. Se pasó una larga temporada viviendo en la capital de Azerbaiyán, Bakú, donde se encargó de la selección de fútbol. Sus tarifas oscilan entre 50 y 3.000 euros y son necesarias por lo menos diez sesiones.

Cuatro centímetros de rotura

Muchos futbolistas han dado la cara y han alabado los métodos de la 'druida' belgradense. Dusko Petkovic, ex internacional serbio, declaró al diario 'Vecernje novosti' que padecía una rotura en la pared estomacal y asegura que «me la curó como su tuviera la varita mágica».

Hace poco, Riera y Benajoun fueron vistos en Knez Mihajlova, calle principal de la ciudad. Ambos fueron examinados por la 'experta' y, nada más volver a Liverpool, habló Rafa Benítez. «Los dos se han entrenado y está claro que el tratamiento -con la placenta- funciona». Pero Arsene Wenger, técnico del Arsenal, se muestra mucho más desconfiado. «Soy bastante escéptico, pero no soy médico». La comunidad científica, mientras tanto, censura la práctica «paramédica» de Kovacevic y tacha de «farsa» su método de curación.

Farsa o no, poco le ha importado a Iván de la Peña. Quiere ver y, sobre todo, creer. Esta misma semana ha estado en Belgrado, junto a su compañero de equipo Milan 'Lola' Smiljanic, en papel de Cicerone, para tratarse de una lesión muscular en el tríceps sural de su pierna derecha.